Vamos a hablar un poco de un tema, que aunque con un lenguaje algo más técnico de lo habitual, nos pueda ayudar a comprender que es lo que está ocurriendo ante y debajo de nuestros propios ojos cuando se acerca la época veraniega, y el turismo acude a nuestras costas y playas.
La zona costera, la zona a donde solemos ir a pasear, a ver el paisaje, a disfrutar del mar, y del aire limpio, a bañarnos, a tomar el sol, tan necesario para nuestro organismo, a hacer vida social al mismo tiempo, es un lugar donde se concentra la vida, porque es la zona de desove y alevinaje de la mayoría de la mayoría de las especies piscícolas, y donde a su vez se da la mayor producción planctónica y bentónica.
Constituye por consiguiente el punto más vulnerable del mar. Ya que paralelamente, sobre este lugar se concentra también la explotación de los recursos oceánicos, 87 % del total de las capturas por pesca y la contaminación procedente del medio terrestre. Esta contaminación consiste en la introducción en el medio marino de sustancias o formas de energía que pueden producir efectos perjudiciales, alterando el equilibrio ecológico y constituyendo un peligro para la diversidad de las especies y al mismo para la salud humana.
Porque aunque no se crea, todo aquello que echamos al mar, de un modo u otro, acaba volviendo a nuestra mesa y pasando a nuestro organismo.
El mar le ofrece al ser humano alimentación, materias primas y energía. Es también una vía de comunicación, sin embargo la relación del mar con el hombre no siempre es positiva, porque en muchas ocasiones, lamentablemente, llegamos a poner en peligro las biocenosis locales, muy sensibles a la degradación mecánica de las costas y a los vertidos contaminantes.
La construcción sobre las zonas costeras o cercanas a las playas, algo que estamos viendo hoy en día, que se está haciendo sin control alguno, originan muchas veces la destrucción del hábitat de muchos seres que viven en la arena, como ocurre en las playas regeneradas, donde se echan grandes cantidades de arena, procedente de otros lugares, pero muchas es veces es preciso volver a “ regenerar “ éstas, por las pérdidas periódicas de arena de las mismas, es decir repetir este peligroso Impacto ambiental.
Las alteraciones de los fondos marinos pueden verse agravadas también por la pesca de arrastre, pues supone también la destrucción física e indiscriminada de las comunidades bentónicas naturales.
Los agentes contaminantes no permanecen junto a las zonas de vertido, los movimientos de las masas de agua, originados por las corrientes, las mareas y el oleaje, distribuyen los compuestos perjudiciales. Este hecho pone de manifiesto la inutilidad de los emisarios submarinos que bombean aguas residuales lejos de la orilla, si esta no ha sido depurada previamente.
Los contaminantes no permanecen junto a las ciudades donde se vierten, sino que se difunden a lo largo de la costa llegando hasta las calas más recónditas y abandonadas. Con relación a los vertidos directos, es necesario asegurar las mejores condiciones de dilución y difusión del efluente, dado que al ser vertido de agua dulce o salobre, la dificultad de mezcla es mayor como resultado de una menor densidad, lo que se acrecienta cuando la Temperatura del efluente es superior a la del medio en que se vierte.
El poder autodepurador del mar, al sobrepasar un cierto estadío de contaminación, se anula. Los organismos filtradores marinos actúan como concentradores biológicos de los venenos vertidos en su entorno inmediato, al estar situados en su mayoría en la base de la cadena o red trófica marina, actúan a su vez como propagadores, constituyéndose en focos de infecciones, intoxicaciones y toxoinfecciones que pueden llegar a la mesa humana.
Algunos contaminantes como los metales pesados y algunos productos químicos son acumulativos en los organismos.
Como consecuencia cuanto más elevada sea la posición de la especie afectada en la cadena alimentaria y más longevos sean los individuos, más contaminación acumulan.
Un efecto ocasionado por los vertidos es el aumento de sólidos en suspensión. Estos independientemente de su composición, dificultan la ingestión de sustancias nutritivas por parte de las larvas de multitud de especies y de organismos adultos que se alimentan de plancton. Además la turbidez que origina dificulta la entrada de luz, factor ambiental limitante en la distribución de las distintas especies vegetales y de la fauna herbívora.
Los contaminantes se incorporan al mar a través de los ríos, directamente desde los efluentes costeros o a través de la atmósfera y desde las embarcaciones en las diferentes rutas marítimas.
Uno de los medios contaminantes del agua del mar, son nuestras propias aguas residuales, las que nosotros mismos emitimos desde las ciudades………
1 comentario:
¡ Uff, de eso había oído hablar pero no con tanta claridad ! Creo recordar que la gamba no expulsa su orina y la acumula en su cuerpo, de ahí lo malo que es el marisco en general.
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