17 noviembre 2011

¿MAGIA …………………..O CIENCIA………? PARTE III

                              ¿MAGIA  …………………..O  CIENCIA………? PARTE III



     Nuestra   curiosidad  por  saber  ya  no  sobre las expresiones artísticas, sociales
relgiosas,   o   culturales   de   la   gente  de  aquel  entonces,   sino  sobre  algo  más 
digamos “científico”,  como  las  enfermedades  que aquejaban a los pobladores por
aquel entonces, y lo  que  es  más interesante, como  se  trataban,  ha  ido creciendo
continuamente.

     Por una parte los chamanes, o  magos  o  brujos, o sacerdotes,   o  la  mezcla  de
todos ellos…….., por  otra  las enfermedades y las dolencias…….como  curarlas  y
como tratarlas………. 

     ¿Magia, Medicina,…………….o ambas?

                                                                                                       Continúa.......

     No cabe duda de que las enfermedades y  la Medicina, que era  la  consecuencia
lógica para remediarlas,  estuvieron  presentes  en la Humanidad  desde su comienzo
y durante muchos  milenios  antes de que apareciesen los  primeros  textos  médicos
escritos.

     Del mismo modo que las pinturas de las  cavernas  nos  ayudaban  a  comprender
parte de la vida en aquel entonces,    los  restos  que  han llegado hasta nuestros días
nos enseñan a conocer las enfermedades y sus tratamientos ¿cómo  podemos  saber 
lo que hacían?

     Pues a ésto nos ayuda la Paleopatología, cuya  principal  base  de estudio son
los restos óseos,  huesos  fosilizados  y  restos  momificados; las  siluetas   humanas
encontradas, así como piedras talladas, y las pinturas que aun hoy admiramos en las
paredes de las cavernas.

     Y junto a todo esto también se consideran otras aportaciones como  el  estudio
de los rituales funerarios y rituales mágicos, que luego  el  científico   extrapola  del
estudio de las  civilizaciones  primitivas a  la Prehistoria con suficiente probabilidad
de verosimilitud.

     El considerado por muchos autores como el primer hombre,   el llamado Hombre
de Java, o Pitecanthropus Erectus, con uno o dos millones de años de antigüedad,
descubierto en Java en 1891, por Eugene Dubois, presenta en su fémur izquierdo lo
que  podemos   suponer  que   es   un   rudimentario  callo  de  fractura.   El  profesor
Domingo Campillo,   es  de  la  opinión,  de  que  el  Homo  Erectus  debe  de ser
considerado como  auténtico  hombre, ya  que  sólo se diferencia del Homo Sapiens  
por su menor volumen cerebral y algunas características morfológicas.

      No es mucho lo que sabemos de las enfermedades de  estos antepasados  y  mucho
menos de la forma de curarlas. Hasta  hace  poco  tiempo el  estudio riguroso caminaba
de  la  mano  de  la  fantasía,   y  así  se comprende  que   lo  que  antes  se  admitía  de
manera concluyente ahora se desvanece en  virtud de nuevas argumentaciones.
   
      En este sentido recordemos lo que se supone es una de las primeras aportaciones
del  arte  rupestre  en  una  cueva  del  norte  de  España:  las siluetas  en  negativo de
manos y la sospecha de  que  los  dedos  que  faltan  correspondían  a  amputaciones
traumáticas.

     Como es lógico en el campo de la Traumatología el conocimiento es más profuso,
ya   que  la   mayor   parte  de   los  estudios   se   realizan   sobre   restos óseos. Las
fracturas consolidadas son la patología  que  aparece con  mayor  frecuencia,  aunque
no podemos establecer muchas veces si esaconsolidación fue espontánea o el hombre
tuvo algo directo  que ver en ello.

     Se advierte  frecuentemente  una   actuación  intervencionista  del  hombre,   ya  en
el papel de sanador sin desvincularse  del de mago o  sacerdote,  y  que   es  realizada
probablemente más por motivos mágicos o religiosos que puramente curativos, como
es la Trepanación craneal.



     Si nos ponemos a  pensar,  podemos  imaginar  que  o  bien  con  esta intervención
se   intentaba  descargar   la   presión   intracraneal,   o   bien   se   procuraba   extraer
fragmentos de hachas de piedra  o  de  otras  armas,  secuelas  del  reciente  combate,
aunque   en   otras  circunstancias   su  finalidad  podría  radicar  en   permitir  que  los
malos  espíritus que atormentaban al hombre pudieran abandonar fácilmente su cuerpo.

     Era  esta  una  operación  sencilla,  ciertamente   muy   dolorosa  y  que  se  podía
realizar  a  merced  de  diversas  técnicas  como  hacer una incisión  circular  con  una
piedra con bordes afilados hasta lograr  un   fragmento   redondo  del  hueso frontal o
de uno de los parietales,  o bien limar  con   una  piedra  abrasiva  a   manera  de  lija,
hasta obtener  idéntico  resultado. El nuevo  tejido  óseo   que   recubre   la   cavidad 
operatoria   es   fácilmente  identificable  en  la  multitud  de  cráneos  investigados, lo
que nos indica que el enfermo sobrevivió a la  operación  algún  tiempo.  Y  han  sido
muchos  y  en  zonas   extensas,  distantes  y  distintas  unas  de  otras,   los  cráneos
trepanados que se han encontrado. 



     Habiéndose encontrado en el Paleolítico Japonés, en América, y en el Neolítico
Europeo, incluida la Península Ibérica.

                                                 Osteoma de la raíz del cigoma


     Pero  los  hallazgos   no   han   quedado   reducidos  a   fracturas  y trepanaciones
craneales  ya  que han sido otras muchas las patologías demostradas. En el campo de
las malformaciones se han observado tanto microcefalias como macrocefalias, craneo-
estenosis  (soldadura  precoz  de   una   o   más  estructuras craneales),   impresiones
basilares (hundimiento de la base del cráneo) y acondroplasias. 

                                         Angioma cavernoso encefálico o meníngeo


     Asimismo,   se   han   demostrado   en    varias  ocasiones  lesiones  de  osteomas,
osteomielitis, exostosis de crecimiento,  improntas  óseas de meningiomas, aneurismas 
arteriocavernoso    craneoencefálico   (caso  del  Eneolítico)   lesiones   típicas   de
raquitismo,  múltiples casos de atrosis,  con mayor afectación vertebral.

                                                            Osteocondroma

     
      Por  otra  parte  cabe  admitir  que  el  hombre   también   padeció  enfermedades
transmisibles,   ya  que  Ellis  en   1954   encontró   bacterias   fosilizadas   en   rocas
secundaras del Jurásio de hace 150 millones de años.

     Las primeras lesiones   que   se   encontraron   en   los   yacimientos prehistóricos
corresponden a esqueletos del Hombre  de Neandertal, descubiertos en 1956, y se
supone que  pertenecieron  al  Homo  Sapiens,  que  vivió hace unos  70.000  años,
evidenciándose lesiones artríticas, por el proceso de levantarse  sobre  los  miembros
inferiores.

     Se  han  encontrado  restos  de  un  hombre  del  Neolítico,  con   signos  claros
de Tuberculosis ósea, entre el 7000 y el 3000 a.C.

     Nada sabemos  de  cómo trataban sus enfermedades los  hombres prehistóricos,
excepto  la técnica de la trepanación  ya  descrita,  que  quizás   sea  la  intervención
quirúrgica más antigua  conocida.

     Aunque las pinturas prehistóricas nos pueden ilustrar  algo más  en  este  sentido.
La  más  representativa  es  la de la Cueva de Les Trois Frères en Francia, donde
aparece   una   misteriosa  figura,   en   parte   pintada,   y  en   parte  grabada,  que 
representa  a  un hombre danzando con una cabeza  de ciervo sobre la suya,  o una
máscara, y  que  ha sido  interpretada como la imagen de un Chamán.

      Esta y otra pintura  paleolítica  que   muestra  un  reno  de  pie  sobre una mujer
gestante tumbada  en   el  suelo,  son   las dos únicas representaciones artísticas que
pueden  indicarnos  que  el  arte  de  curar  en  la  prehistoria  debió  de  estar  muy
vinculado a influencias mágicas.

      Podemos acercarnos  algo  más  investigando esos  pueblos que aun  no  siendo
prehistóricos, viven en condiciones  semejantes a  los  de aquel entonces,  como  los
Yanomamis del Alto  Orinoco,  que aún no  onocen los metales, los Mashigangas de
las Selvas de Madre Dios, y en  Nueva  Guinea los Amat; los Danis recién salidos del
neolítico, y los caníbales Coroways.

     Al  estudiar  la  Medicina  del  hombre  primitivo  tiene un gran interés para aclarar
el origen de la lucha del hombre contra  la  enfermedad,  difícil  de  investigar  en   los
restos prehistóricos.

      Las primeras actitudes en el caminar histórico  del  hombre  primitivo,  en  cuanto
a la explicación de la enfermedad y sus remedios, probablemente oscilaron desde  el
empirismo  simplista   y  cómodo,  que  no  necesita   explicación   intelectual  de  los
fenómenos observados sino un simple acomodo instintivo, hasta los primeros intentos
de una interpretación más razonada y complicada cuando aquellos hombres empiezan  a
culturizarse a base de ir acumulando sensaciones en forma de prácticas,  conductas y
creencias.

      Lo más probable es que los hombres primitivos se  fuesen  agrupando  en  lo que
Graebner  llamaba  Círculos  Culturales,   que  no  eran  otra  cosa  que  grupos  con
características   sociales    propias  que,   los   diferencia  e  identifica  de  una  forma
precisa de los otros grupos.

     Tenemos que tener en cuenta que en los cuatro círculos culturales de Graebner,
el binomio enfermedad-salud cursa con características especiales  y  diferentes  en
cada uno de ellos.

     1.- En un primer Círculo estarían Pueblos cazadores,  nómadas  y recolectores,
constituidos por australianos, bosquimanos y pigmeos.

     En estos  pueblos  de  concepción  preanimista  todo  gira  en torno  a  la Magia,
para la  que  no  existen obstáculos  ni  limitaciones,  así  como  a   la  utilización  de
hechizos que son los verdaderos causantes de la enfermedad y  de  la propia muerte.

     El Médico Hechicero utiliza la Magia Imitativa  cuando  remeda  la  figura  de  la
víctima en forma  de  dibujo  o  muñeco,  y   tras  un   conjuro  preciso,   la  maltrata
pinchándola,  quemándola  o rompiéndola, con lo que si la magia funciona,  el sujeto
elegido será receptor de los maltratos y probablemente enfermará  o  morirá. Restos
de esas prácticas todavía persisten hoy en día, el vudú.

    Cuando  el  hechicero  utiliza  los   procedimientos  de  la  Magia  contagiosa,   lo
hace más con finalidad terapéutica que para provocar daño o enfermedad, utilizando
generalmente productos  del sujeto,  cualquier elemento   puede  servir:  un  mechón
de  cabello,   un   trozo  de  vestido,  un  collar,   y  actúa  sobre  ellos  siguiendo  la
creencia  de  que  poseyendo  una  parte  se  tiene dominio sobre el todo,  sobre  la
persona  entera,   de tal forma  que las actuaciones realizadas sobre aquel fragmento
producirán  un  efecto similar en el sujeto al que van destinadas.  Será necesario que
el  hechicero  lleve  siempre  consigo  un  zurrón   (en  el  caso  de  los  indios norte-
americanos, confeccionado  con el escroto humano) con  toda  suerte de  elementos
terapéuticos: partes del cuerpo humano o de animales, o de plantas,  o de piedras o
estacas.

     Estos  pueblos,  que  creen  en  el   hechizo  como  fenómeno  etiológico  de  las
alteraciones de la salud, piensan que aquel  se  produce  porque   en  el  cuerpo  del
sujeto, alguien, (supuestamente un hechicero)  ha  introducido   un   objeto (objeto -
enfermedad)

     Será necesario expulsar  se objeto para  lo cual  todo  el  inventario  de  ritos  y
ceremonias es inagotable:  desde  masajes  a   cánticos,   danzas  y succiones, todo
es útil y muy valioso.

      Otras  veces  los  remedios   terapéuticos   son   más  drásticos  y  traumáticos,
porque la expulsión del objeto-enfermedad así lo exige, y  es por esto que algunos
pueblos (los tasmanios) provocan heridas o se extraen dientes o  bien  se  taponan
los orificios  naturales  (los  nasales  con   clavos).   Los   cráneos  trepanados, sin
duda forman parte de este mágico arsenal terapéutico.

     2.-  En  un  segundo  Círculo  encuadraríamos   a    los   pueblos   con   hábitos
esencialmente cazadores, pescadores y ganaderos, por lo que algún nomadismo es
indispensable. Geográficamente se localizan  siguiendo  todo el borde septentrional
de Europa,  Asia  y  América, siendo  su  característica  social  más  importante  la
enorme influencia en su religión del animismo.

      En estos pueblos,  todo lo concerniente   a  los  fenómenos relacionados con la 
salud gira en torno  a   la   propia  alma  del  sujeto,  que  se localiza organicamente
orgánicamente  en diferentes vísceras,   según  los  distintos   círculos  culturales:  el
corazón, el hígado, los riñones, etc. Y  que  se   evade   del  cuerpo,   bien  durante
durante el sueño, por la acción de un traumatismo  o,   lo que es más  importante  y
frecuente, por la influencia del Chamán.

     No  sólo  los  aspectos  relacionados  con   la  salud   tienen   que  ver  en  estas
culturas  con  el  chamanismo,  puesto  que todos los restantes  fenómenos  sociales
giran también a su alrededor minuciosamente.  El Chamán,  habitualmente,  no sólo
ejerce de sanador, sino también de sacerdote,   de  jefe político y hasta de guerrero,
y  bajo  su  fuerte  personalidad  se  desarrollan  todas   las  actividades  del  pueblo.
Todo esto es posible y así sucede   porque el  Chamán es el gran "conocedor del
alma  del hombre”
,  y  tanto  sirve  para  tratar la  más  extraña  enfermedad como
para  proteger las cosechas frente al mal tiempo o evitar la muerte del ganado.


     Es por esto que cuando en la enfermedad el alma abandona  el cuerpo, acude el
chamán  que,   en  estado  de  trance,   realiza espectaculares  ritos donde se mezcla
mezcla la danza con los cánticos,   que  no cesarán  hasta  que  el alma,  evadida del
enfermo,   sea  capturada y  devuelta al cuerpo.  Otras  veces  suelen  bastar algunas
oraciones o  exorcismos  o,   incluso,   el uso  de  remedios  naturales  de verdadero
resultado  terapéutico,  como  cuando  aplica   al   exterior  o  administra  al  interior
algunas hierbas. Asimismo puede emplear el calorlocal, suministrar masajes  o curar
heridas o reducir fracturas.

    Algunos sanadores  africanos  tratan  las enfermedades mentales haciendo danzar
al enfermo  con  inusitada  rapidez al ritmo del tambor,  lo  que  origina  una  especie
una  especie  de  trance  con convulsiones  histéricas,   tras  las  cuales  acontece  un
estado  de relajación.

     Para  llegar  al  diagnóstico  el  Chamán  puede  interpretar  las   señales  mágicas
del  vuelo  de  las  aves,   las  figuras  trazadas  en   la  tierra   o   en  el   lago,  o   los
gritos de  la  médium  en  sueño   hipnótico,   o   ver  la  reacción   de   determinados
animales al ingerir venenos.

     El Chamán viene  a ser  el  hombre bueno y honrado  de  la  tribu  y  además muy
respetado por todos.   Desde  el  punto de  vista  sanitario  ha  jugado  un  papel muy
importante   en   los  círculos  primitivos  hasta   la   llegada   de    “la   moderna
civilización médica” que  a  menudo  ha  tenido que convivir con él sincretizándose de
de forma armónica.

     3.- En un tercer  Círculo,  englobaríamos  a  los  Pueblos  agrícolas,  sedentarios,
matriarcales.  Donde   se  pueden  ve r los esbozos de una administración de justicia
con la aplicación de penas.  Surgieron  en  el  Sureste  Asiático, Africa  y Amazonas.

     La conducta de los componentes de estos círculos está marcada por el animismo,
y así la enfermedad está producida por la acción de un “alma o  espíritu  maligno
que  ha penetrado en el enfermo y ha tomado posesión de todo su cuerpo o de algún
órgano. No hay que olvidar que estas almas malignas podían estar  especializadas en
provocar determinadas enfermedades, el espíritu de la viruela por  ejemplo, dándose
la  circunstancia  de  que  algunos  pueblos  han  llegado  a  clasificar  hasta  treinta y
cuatro demonios diferentes, cada uno de ellos especialistas en un determinado mal.

     La  curación  de  estos  enfermos  tiene  que  basarse en lograr  la  expulsión  del
mal espíritu” al   medio externo o su transferencia a otro ser, un enemigo próximo,
y esto  se  logra  po r muy  diversas  y  variadas técnicas,  utilizándose este cometido
las sangrías,  las  fumigaciones,  la emisión  de  ruidos,  los  exorcismos,  los mágicos
fetiches  que   actúan  exclusivamente   según   la   intención  de  su  propietario,   los
amuletos  cuya magia  tiene  un  único objetivo,   y  los  talismanes  que  sólo originan
buena suerte.  Para  ahuyentar  los malos espíritus  causantes  de  la  enfermedad  las
mujeres  del  oeste  de  Africa  llevan  la   cara   pintada   de  blanco,  lo  que  no  es
obstáculo para que, a la vez, tomen medicación contra la malaria.

     4.- En este cuarto Círculo   entrarían  los  pueblos  que  practican  el   nomadismo
estacional,   la  pesca  y  la  ganadería.  Son pueblos con  una estructura  patriarcal  y
tribal, donde aparece el Tótem.  En  estos  círculos  que  se  inician  en los mares del
sur se practica la exogamia, formándose parejas de diferentes Tótems.

    Estos pueblos también están animados del pensamiento   mágico,   apareciendo  el
concepto  de  tabú,  que  es  algo  que  se  debe evitar.  El   tabú,   en  cuanto  a  su
incumplimiento,   se relaciona con la enfermedad  o  con la muerte.
    
    Las  diferentes  respuestas  del  hombre  primitivo  ante  los   fenómenos inevitables
de enfermedad y muerte,   y  en  relación  al  círculo  cultural  al  que   pertenezca,   se
pueden esquematizar en el siguiente cuadro de Clements.



     Según la “concepción de la enfermedad” podemos distinguir:


Penetración de Objeto extraño      ->  Comienzos Paleolítico   ->         Viejo Mundo

Evasión del Alma                          ->     Finales Paleolítico       ->         Siberia

Acción Espíritus Malignos              ->   Finales Pleistoceno     ->   Asia Occidental y del
                                                                                                Sureste,Africa y Amazonas

Acción Mágica por                        ->           Reciente            ->    Viejo Mundo, Liberia,
incumpliento tabú                                                                               Asia Occidental


      Vistos  así   los  diferentes Círculos,  vamos  a   pasar   a   ver   como   eran   las
diferentes  Medicinas  de  los  diferentes  pueblos a lo largo de su evolución, para de
este modo poder ir viendo como fue  su  evolución,   su  implantación, sus influencias
e incluso sus absorciones por otras culturas por decirlo de esta manera.

                                                                                                       Continúa.......
  
                                                                                                        Octavio Dopico

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