¿Magia o Medicina.......................Parte V
Medicina Hebrea antigua
Para estudiar las relaciones del pueblo hebreo con la
enfermedad tenemos que echar mano inexcusablemente de los testimonios
escritos del Antiguo Testamento (del X al II a.C., y del Nuevo
Testamento(siglos I y II d.C) y el Talmud (siglos II al IV d.C.)
Antiguo Testamento:
Al igual que los mesopotámicos creían que la enfermedad estaba
relacionada directamente con un castigo divino, y venía a ser como
la manifestación externa del pecado. De la medicina asirio-babilónica
heredaron la práctica del aislamiento de los impuros, y de alguna
forma, la dedicación del sábado al descanso (un día de cada siete):
curiosamente, y por temor al maligno Séptimo Espíritu, los Médicos de
Mesopotamia, no actuaban en los días divisibles por siete.
Entre ambos pueblos, a pesar de esto, había notables
diferencias. Los semitas, admitían una causa sobrenatural para las
enfermedades pero no creían en la influencia de los malos espíritus
o demonios. Jehová era el único administrador de la salud individual
y colectiva.
continua..........
El concepto de contagio presente en ambas culturas, era
diferente, para los hebreos no representaba un traslado del espíritu
maligno de un enfermo al sano, sino un signo de impureza espiritual
por haber estado en contacto con el enfermo castigado por Dios.
El concepto de contagio tiene un carácter simbólico y religioso:
el alejamiento de todo lo que contamina al hombre y encarna la idea
de pecado. Hay varias citas en Antiguo Testamento que relacionan una
u otra forma de pecado con la enfermedad.
“”El Hijo de David y Betsabé enfermó gravemente y murió a causa
del pecado de adulterio de sus padres””.
“”Los hermanos Moisés, María y Aarón, que fueron castigados con
una enfermedad de la piel por murmurar contra Moisés””.
Pero si hay que resaltar que al aspecto punible de la enfermedad,
se le añaden otros significados de carácter constructivo espiritual,
de obtención del perdón, de alabanza a Dios, convirtiéndose la
enfermedad de esta forma en una experiencia que rebaja el orgullo
del hombre y le acerca a su propia debilidad.
En cuanto a las enfermedades que los hebreos padecían por aquellos
tiempos, son numerosas en la Biblia, donde podemos verlas sobre todo
en el Levítico, las menciones a la Lepra, una enfermedad muy temida
por miedo al contagio, aunque se confundía frecuentemente con otros
procesos como psoriasis, diferentes tiñas o sífilis, fácilmente
confundibles por aquel entonces.
A lo largo de los textos bíblicos se relatan otras enfermedades
que son muy bien apuntadas por el Dr. Raúl García Pérez en los
artículos de la serie la Historia de la Enfermedad. Se nos habla
de ataques epilépticos o accidentes cerebro vasculares (“la mano
que había extendido contra él,se le secó y ya no la pudo enderezar”)
(Reyes I), de Ulcera de Egipto que correspondería a la Leishmaniosis
cutánea o Botón de Oriente, de “carcoma de los huesos” refiriéndose
a la Osteomielitis, de “flujos” para definir las menorragias o
leucorreas, de peste bubónica, tisis y muy variadas enfermedades de
los ojos, desde cataratas a tracomas o diferentes tipos de ceguera.
La mujer puérpera y el fruto de su gestación también se veían
afectados por los mandamientos religiosos. La mujer israelita, que
daba a luz en un taburete circular ayudada por la comadrona, se
convertía en “impura” por el hecho de parir, y más impura aún si
había alumbrado a una hembra: “”Cuando una mujer conciba y
tenga un hijo varón, quedará impura durante siete días…...........
si da a luz a a una niña, durante dos semanas será impura””.
Los aspectos patológicos de carácter sexual también estaban
contemplados en los textos bíblicos que incurren una y otra vez en
señalar la impureza que causan las enfermedades: “”el hombre que
padece flujo seminal es impuro a causa del flujo….y quien toque
el lecho..quien se siente sobre un mueble...quien toque el cuerpo
del que padece flujo…..lavará sus vestidos””.
Los Médicos, según el Antiguo Testamento debían pertenecer
a la tribu sacerdotal de los Levitas y, bien porque el diagnóstico
se basase exclusivamente en la inspección o por otras razones de
componente religioso, no podían tratar a los enfermos en las
habitaciones oscuras o al anochecer o en días nublados, así como
tampoco si tenían insuficiencias visuales. Entre los hebreos, los
médicos eran tenidos en gran estima... “” Cuando te sientas enfermo
implora a Dios y busca al Médico, porque los hombres prudentes no
desprecian los remedios de la Tierra.””.
El libro del Eclesiástico (cap. 38) alaba a los médicos:
...................“”Atiende al médico antes de que lo necesites….
Pues del Altísimo tiene la ciencia del curar, y el rey le hace
mercedes. Hijo mío, si caes enfermo.....llama al médico porque
el señor lo creo y no lo alejes de ti””.
Existe en la Biblia referencia a variados remedios naturales,
como la mandragora, esencias y bálsamos. Son pocas sin embargo las
menciones a prácticas quirúrgicas excepción de la circuncisión
que se practicaba, como es sabido, más como un motivo
religioso que higiénico. Entre las normas terapéuticas contra las
enfermedades infecciosas, en las que dominaba la idea del contagio,
resaltaba como actitud única el aislamiento del enfermo fuera de
las ciudades, que no solo se reservaba para los procesos
cuarentenales, sino que lo sufrían también algunos enfermos
afectos de psicosis:””fue echado de entre los hombres…refiriéndose
al rey Nabucodonosor - y comía hierba como los bueyes… Si parca
era, la medicina semita en cuanto a la terapéutica farmacológica
y quirúrgica, no lo era tanto a lo que hoy llamamos Medicina
Preventiva, que normas en este sentido habíalas y muy numerosas y
bien reguladas. El Deuteronomio ya reseña que “”todo guerrero debe
llevar, entre sus armas, una estaca para cavar una fosa y cubrir
sus excrementos””
Son abundantes los consejos en esta misma línea de prevención,
y los hay acerca de las relaciones sexuales en cuanto a su frecuencia,
de los baños tras el coito y la menstruación, de los vestidos,
de la vivienda, de las comidas, del lavado antes de ellas, de la
cuarentena y de la fumigación de las casas.
El Talmud
Su texto está notablemente influenciado por las culturas
de aquellos otros pueblos con los que el judío se vio obligado a
convivir (persas, babilonios, griegos).
Para los semitas con arreglo al Talmud, la enfermedad está
causada por demonios actuando a través del mal de ojo o de
la magia, demonios a veces especializados en determinados males,
como los que originaban la rabia, la lepra, la locura o el crup.
Sin embargo, cuando asimilaron las teorías helénicas atribuían,
como los griegos, las enfermedades a un desequilibrio de los cuatro
humores orgánicos: flema, sangre, bilis amarilla y bilis negra.
Adquirió importancia entre los hebreos el examen anatómico
postmortem, tanto de los animales sacrificados a Dios, con objeto de
averiguar si estaban contaminados por gusanos, como los llevados a
cabo en seres humanos.
Se pensaba también que la carencia de sal podía producir
enfermedades, y que los males que afectaban a la médula espinal
producían parálisis.
Por otra parte, se prohibía realizar la circuncisión a
aquellos niños con antecedentes familiares de hemofilia.
En cuanto a las prácticas quirúrgicas se describen técnicas
generales para tratar heridas y luxaciones, describiendo el
texto minuciosamente algunas intervenciones muy especializadas y
de rara incidencia, como es el ano imperforado, cuya técnica
quirúrgica se describe con minuciosidad.
Se describen otras muchas enfermedades como la rabia del perro
al delirium tremens o el yerakon para significar algún caso de
Ictericia o de anemia ferropénica.
Aunque intervenciones menores eran practicadas por barberos
o curanderos, el ejercicio médico estaba reservado a los “”rophe””,
médicos cirujanos, existiendo profesionales dedicados exclusivamente
a intervenciones quirúrgicas, “los uman”.
Sin embargo con el paso del tiempo, no perduraron las
recomendaciones médicas del Talmud que fueron reemplazándose por
otras concepciones donde no se tenía en cuenta el concepto mágico de
enfermedad, que quedaba relegado a nivel de las medicinas populares.
Medicina en el Antiguo Egipto
Los egipcios nos han legado su doctrina médica en documentos, que
desde el siglo XVII hasta el XIII a.d.C, irá escribiendo en extensos
rollos de papiro, y que conocemos bajo el nombre del egiptólogo que
lo encontró, de quienes los adquirieron o por el nombre del
Museo donde se encuentran: Papiro de Berlín, de Chester Beatty,
de Carlsberg, de Edwing Smith, de Hearst, de Kahoun, de Londres, de
Rameddeum, de Ebers, etc, etc…..De todos estos probablemente el más
importante es precisamente el de Ebers, escrito con bellos jeroglíficos
y dispuesto en columnas que al desplegarse revelan los más
importantes de la medicina egipcia y de su máximo exponente: el
divinizado médico Imhotep.
Papiro de Ebers
Mucho de lo que se sabe respecto a la medicina egipcia se debe a
la existencia de varios papiros antiguos por medio de los cuales se
nos ha legado su extensa documentación médica tan conocida por los
historiadores: El papiro de Nahum, que trataba sobre las enfermedades
de la mujer, como curiosidad contiene incluso un remedio para
un contraceptivo, para la elaboración de un supositorio vaginal
preparado a base de heces de cocodrilo, miel y carbonato de sodio.
Papiro de Edwing Smith
El papiro de Edwin Smith, adquirido por este egiptólogo en Tebas
en 1862, y que data del siglo XVII a.d.C. es el documento quirúrgico
más antiguo del que se tiene conocimiento, y por aquel entonces ya
se consideraba antiguo. Sabía que su contenido era médico pero no
lo publicó. Y fue su hija, tras su muerte quien lo regaló a la
Sociedad de Historia de Nueva York. Finalmente fue traducido por el
egiptólogo James Henry Breasted.
James Henry Breasted
En el también se describen fracturas, tumores, úlceras abscesos
indicándose también su tratamiento. A la vez se recomiendan
exorcismos y encantamientos, y cuando deben de ser pronunciados.
La terapéutica es conservadora refiriéndose a vendajes, tejidos
absorbentes, férulas, así como también a aparatos para inmovilizar
fracturas. En las heridas se aplicaban grasa y miel, así como carne
fresca, pero también se menciona el estiércol.
El Papiro de Ebers, escrito en la primera mitad del siglo
XVI a.d.C. fue adquirido en Egipto por el profesor Georg Ebers en
1873, que es un verdadero tratado de terapéutica que nos revela la
especial mezcla de magia, religión y ciencia que caracteriza a la
Medicina Egipcia, ya que nos habla de tres tipos de doctores,
médicos, cirujanos y hechiceros o exorcistas, y obviamente tres
tipos de tratamientos, remedios, operaciones y encantamientos.....Y
también contiene muchas recetas muy antiguas, del 2500 al 3000 adC..
El Papiro de Hearst, que viene a ser un formulario médico práctico;
el Papiro de Londres, que contiene numerosos encantamientos y se
cree que fue escrito hacia el año 3700 a.d.C. durante el reinado de
Husapait de la Iª Dinastía.
Y que es un auténtico manual donde se podía encontrar la
fisiología, clínica y farmacopea conocida en el Egipto de los años
1550 a.d.C, en el reinado de los faraones de la XVIII Dinastía.
En la Odisea, Homero ya nos contaba que en Egipto los hombres
son los más hábiles en medicina. Herodoto nos cuenta que los reyes
persas Ciro y Darío tenían a su servicio sólo médicos egipcios, y
que la medicina egipcia estaba muy especializada,habiendo de hecho,
médicos que sólo estudiaban y trataban una enfermedad.
Como en otras culturas antiguas, en Egipto prevalecía la
medicina mágico-religiosa, en la que el sacerdote es el médico y
todo el panteón de dioses el causante de las enfermedades. Los
estados de salud y de enfermedad estaban vinculados a los dioses,
en este caso bajo la hegemonía de Ra, el Dios Solar. El Dios
protector de los Médicos era Horus, el Dios Halcón. Y Seth el
causante de casi todas las enfermedades humanas.
Horus
Y claro, los dioses tenían su propio médico, que era Thoth.
De ahí viene el porque los médicos egipcios siempre iniciaban
sus escritos dibujando en sus papiros con el ojo de Horus, (para
implorar el favor divino en beneficio de sus enfermos).
Thoth
Como curiosidad destacar que ese signo fue transformándose en
la edad Media en una R, que se identifica con la voz latina Recipe…
entréguese o más tarde al abandonarse el latín, Dp, despáchese,
como en la receta actual.
Si algo caracteriza a los egipcios es el culto a la
muerte, de tal forma que esta vida gira en torno a la preparación
para el Más Allá. Su culminación se encontraba en el ritual del
embalsamamiento, que debía realizarse con el objeto de que el
espíritu, el Ka, una especie de doble alma de la persona,
residiera siempre en el cuerpo embalsamado.
Son pues motivos religiosos y no médicos los que llevan a los
egipcios a realizar la conservación del cadáver, adquiriendo esta
actuación delicadas características ceremoniales en su realización.
No podía faltar el rito de la apertura de la boca, necesario
para recibir la energía necesaria para la resurrección. Sin embargo,
el complejo proceso de embalsamamiento no era patrimonio de
todas las clases sociales, ya que los pobres no tenían derecho a
ello (por ello se deduce que tampoco la resurrección), siendo
enterrados en la arena del desierto.
En Egipto ni la muerte igualaba a ricos y pobres.
Imhotep
Hacia el año 3000 a.C, por los tiempos de la IIIª Dinastía,
aparecen noticias de la existencia de Imhotep, el primer gran
Médico del Egipto Antiguo, un médico que llegó a ser Gran Visir y
arquitecto de la Corte del Faraón Zoser, el cual muchos siglos
después de su muerte fue elevado a la categoría de Dios de la
Medicina. Y a partir de aquel día, los pacientes egipcios, dejaron
de estar en manos de divinidades como Isis, Osiris y Horus, la
Trinidad de dioses encargados de la salud, para ser atendidos en
sus enfermedades, por dos colectivos sanitarios: los sacerdotes
-magos y los sacerdotes-médicos.
Osiris
Ambos ejercían el arte de curar en las perankh, o casas de
la vida, de los templos, algo parecido a nuestras actuales
Facultades de Medicina y en una de las cuales señala la tradición,
había estudiado el mismo Faraón Ramses IV.
Isis
Los médicos formados en estas perankh podían, en teoría,
aspirar a una de las modalidades de ejercicio, sacerdotes-magos,
exorcistas o sacerdotes de la diosa Sekhmet, que monopolizaban
prácticamente el ejercicio de la medicina y, claro está, sus más
altas responsabilidades cerca de los faraones; y sacerdotes
-médicos, que se llamaban su-un.
Sekhmet
De alguna manera, eran magos y además médicos.
Estos últimos podían quedarse simplemente como su-un, o
alcanzar la categoría de primer médico, inspector médico,
maestro médico, jefe de médicos, decano de médicos, etc. Y con
mucha suerte podían optar a ser nombrados médicos palaciegos.
Los médicos egipcios a pesar de manejar tantas vísceras
cadavéricas conocían sin embargo poco de la fisiología del cuerpo
humano. Tanto es así que creían que el aire entraba por la nariz
y las orejas, conocían la pulsación del corazón y pensaban que
alrededor del ano confluían una serie de canales en un gran
sistema colector, por lo que cobró importancia la limpieza de
este sistema por medio de la lavativa (al parecer invento
egipcio), para que su contenido no entrase retrógradamente en
otros canales por donde circulaba la sangre, la orina, la lágrima
y el semen.
El origen de las lavativas o enemas es también divino, ya que
los médicos egipcios pensaban que el Dios Thoth introducía
frecuentemente su largo pico dentro del ano.
Los médicos egipcios, trataban las enfermedades con remedios
farmacológicos diversos, pero también recurrían a encantamientos,
plegarias y otros ritos religiosos, sobre todo cuando había que
extraer a los demonios del cuerpo de los enfermos.
Algunos médicos llegaron a adquirir gran fama, como el caso
de Iry, que obtuvo el título de “el guardián del ano del Rey”,
lo que indica que la superespecialización no es cosa de ahora
sino que ya fue inventada de aquella.
Medicina en la antigua India
La Medicina Clásica India o Ayurveda que significa
conocimiento de la vida, incorpora gran cantidad de observaciones
sobre el organismo humano, sus enfermedades y su tratamiento,
que relegan a un segundo término los elementos mágicos y
religiosos de la Medicina Antigua, y las interpretan mediante
doctrinas racionales, basadas en gran parte en especulaciones
de carácter filosófico.
El estado de salud y enfermedad para la Medicina Ayurvédica
consistía en la armonía o desequilibrio de tres fuerzas activas
esenciales de la vida: el aliento o aire (prana), los
humores o bilis (pitta), y la flema o moco (capa), resultando
de su interacción perfectamente reglada, la vida.
Los orígenes de la antigua medicina tradicional india se
encuentran en la colección de textos llamadas Vedas que
significa conocimiento. Textos que fueron aportados por el
pueblo ario, que invadió el valle del Indo procedente del
noroeste, alrededor del año 1500 a.d.C. Posteriormente, la
medicina ayurvédica se ha conservado en tres textos
fundamentales que son los Corpus de Charaka, Sushruta y
Vagbhata. Parece ser que Charaka escribió proximadamente en
el siglo I d.C. y Sushruta en el siglo IV d.C., pero hay
autores que opinan que pudo ser en fechas mucho más antiguas.
Los médicos hindúes utilizaban tanto procedimientos mágicos
como racionales para el diagnóstico de las enfermedades. Los
presagios jugaban un papel muy importante; así como las
observaciones de la naturaleza, como el vuelo de los pájaros
o los sonidos de la naturaleza, algunas significaban una mayor
gravedad. Pero aún así se sometía al enfermo a un meticuloso
examen, estudiándose también los esputos, la orina, las heces
y los vómitos.
Por ejemplo, la diabetes se diagnosticaba por el sabor
dulce de la orina, ya que los médicos hindúes conocían la
presencia de azúcar en la orina de los diabéticos casi 2000
años antes que los médicos europeos. El pulso fue también un
importante elemento diagnóstico, estando perfectamente
clasificado en categorías.
La terapéutica de la Medicina Clásica India era casi
siempre sintomática y empírica, y tendía a restablecer
el equilibrio vital mediante una farmacopea muy extensa
(Charaka describió 500 fármacos y Sushruta cerca de 700),
compuesta sobre todo a base de plantas curativas, muchas
de las cuales han pasado a lo largo de los siglos, desde
la medicina hindú a la árabe y a la europea. Se cree que
más del 60% de las materias primas de la farmacopea
moderna ya eran conocidas por los indios.
Por ejemplo la planta que conocemos como Rauwolfia
Serpentina era considerada por los indios como especialmente
activa frente al dolor de cabeza, la ansiedad y las
mordeduras de serpiente.
Asimismo la Cirugía contó desde muy antiguo con técnicas
e instrumentos muy perfeccionados. Por ejemplo la Cirugía
plástica europea procede en buena parte de procedimientos
parecidos implantados por los indios a partir del siglo I a.C.
Por ejemplo, los cirujanos practicaban a menudo las
rinoplastias, porque el castigo oficial de las mujeres
adúlteras era cortarles la nariz.
Empleaban técnicas quirúrgicas para el labio leporino,
las hernias y los cálculos vesicales, entre otras muchas.
Las cataratas las trataban desplazando la lente opacificada
del ojo por debajo y por fuera de la línea de visión.
La amputación era una práctica quirúrgica regular.
La cesárea era una técnica que hacían con gran precisión,
con lo que lograban salvar casi siempre a la madre y al niño.
El trabajo del parto era bien conocido, y en los textos
médicos se incluían incluso instrucciones de cómo girar al
niño con venía con una presentación anormal hasta colocarlo
en posición adecuada.
Otro punto importante fue la atención de los aspectos
psíquicos. El Yoga es una doctrina que aspira a la depuración
del hombre, finalidad para la que se utiliza una técnica a
base de ejercicios corporales y psíquicos reguladores del
ritmo del aliento o prana.
Los médicos pertenecían a la casta sacerdotal o de los
brahmanes, pero más tarde podían serlo también los
pertenecientes a las castas segunda y tercera, siendo todos
ellos conocidos como vaidya.
Según las leyes de Manú, los Médicos podían ser castigados
si hacían tratamientos incorrectos. De igual manera los
honorarios del Médico estaban asegurados, pues si el enfermo
no los abonaba sus bienes eran embargados y pasaban al
patrimonio del Médico.
El Médico debía de dominar la Medicina y la Cirugía.
Sushruta escribió: Solamente la unión de la Medicina y la
Cirugía conduce al médico completo. El médico que no conoce
una de estas ramas es como un pájaro que solo tiene un ala.
La influencia de la medicina clásica india ha sido
decisiva en los demás países del Extremo Oriente Asiático.
Hasta la propia Europa ha llegado dicho influjo desde muy antiguo,
reflejándose a nivel popular en la difusión del Yoga indio.
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