¿MAGIA …………………..O CIENCIA………? PARTE III
Nuestra curiosidad por saber ya no sobre las expresiones artísticas, sociales
relgiosas, o culturales de la gente de aquel entonces, sino sobre algo más
digamos “científico”, como las enfermedades que aquejaban a los pobladores por
aquel entonces, y lo que es más interesante, como se trataban, ha ido creciendo
continuamente.
Por una parte los chamanes, o magos o brujos, o sacerdotes, o la mezcla de
todos ellos…….., por otra las enfermedades y las dolencias…….como curarlas y
como tratarlas……….
¿Magia, Medicina,…………….o ambas?
Continúa.......
No cabe duda de que las enfermedades y la Medicina, que era la consecuencia
lógica para remediarlas, estuvieron presentes en la Humanidad desde su comienzo
y durante muchos milenios antes de que apareciesen los primeros textos médicos
escritos.
Del mismo modo que las pinturas de las cavernas nos ayudaban a comprender
parte de la vida en aquel entonces, los restos que han llegado hasta nuestros días
nos enseñan a conocer las enfermedades y sus tratamientos ¿cómo podemos saber
lo que hacían?
Pues a ésto nos ayuda la Paleopatología, cuya principal base de estudio son
los restos óseos, huesos fosilizados y restos momificados; las siluetas humanas
encontradas, así como piedras talladas, y las pinturas que aun hoy admiramos en las
paredes de las cavernas.
Y junto a todo esto también se consideran otras aportaciones como el estudio
de los rituales funerarios y rituales mágicos, que luego el científico extrapola del
estudio de las civilizaciones primitivas a la Prehistoria con suficiente probabilidad
de verosimilitud.
El considerado por muchos autores como el primer hombre, el llamado Hombre
de Java, o Pitecanthropus Erectus, con uno o dos millones de años de antigüedad,
descubierto en Java en 1891, por Eugene Dubois, presenta en su fémur izquierdo lo
que podemos suponer que es un rudimentario callo de fractura. El profesor
Domingo Campillo, es de la opinión, de que el Homo Erectus debe de ser
considerado como auténtico hombre, ya que sólo se diferencia del Homo Sapiens
por su menor volumen cerebral y algunas características morfológicas.
No es mucho lo que sabemos de las enfermedades de estos antepasados y mucho
menos de la forma de curarlas. Hasta hace poco tiempo el estudio riguroso caminaba
de la mano de la fantasía, y así se comprende que lo que antes se admitía de
manera concluyente ahora se desvanece en virtud de nuevas argumentaciones.
En este sentido recordemos lo que se supone es una de las primeras aportaciones
del arte rupestre en una cueva del norte de España: las siluetas en negativo de
manos y la sospecha de que los dedos que faltan correspondían a amputaciones
traumáticas.
Como es lógico en el campo de la Traumatología el conocimiento es más profuso,
ya que la mayor parte de los estudios se realizan sobre restos óseos. Las
fracturas consolidadas son la patología que aparece con mayor frecuencia, aunque
no podemos establecer muchas veces si esaconsolidación fue espontánea o el hombre
tuvo algo directo que ver en ello.
Se advierte frecuentemente una actuación intervencionista del hombre, ya en
el papel de sanador sin desvincularse del de mago o sacerdote, y que es realizada
probablemente más por motivos mágicos o religiosos que puramente curativos, como
es la Trepanación craneal.
del arte rupestre en una cueva del norte de España: las siluetas en negativo de
manos y la sospecha de que los dedos que faltan correspondían a amputaciones
traumáticas.
Como es lógico en el campo de la Traumatología el conocimiento es más profuso,
ya que la mayor parte de los estudios se realizan sobre restos óseos. Las
fracturas consolidadas son la patología que aparece con mayor frecuencia, aunque
no podemos establecer muchas veces si esaconsolidación fue espontánea o el hombre
tuvo algo directo que ver en ello.
Se advierte frecuentemente una actuación intervencionista del hombre, ya en
el papel de sanador sin desvincularse del de mago o sacerdote, y que es realizada
probablemente más por motivos mágicos o religiosos que puramente curativos, como
es la Trepanación craneal.
Si nos ponemos a pensar, podemos imaginar que o bien con esta intervención
se intentaba descargar la presión intracraneal, o bien se procuraba extraer
fragmentos de hachas de piedra o de otras armas, secuelas del reciente combate,
aunque en otras circunstancias su finalidad podría radicar en permitir que los
malos espíritus que atormentaban al hombre pudieran abandonar fácilmente su cuerpo.
Era esta una operación sencilla, ciertamente muy dolorosa y que se podía
realizar a merced de diversas técnicas como hacer una incisión circular con una
piedra con bordes afilados hasta lograr un fragmento redondo del hueso frontal o
de uno de los parietales, o bien limar con una piedra abrasiva a manera de lija,
hasta obtener idéntico resultado. El nuevo tejido óseo que recubre la cavidad
operatoria es fácilmente identificable en la multitud de cráneos investigados, lo
que nos indica que el enfermo sobrevivió a la operación algún tiempo. Y han sido
muchos y en zonas extensas, distantes y distintas unas de otras, los cráneos
trepanados que se han encontrado.
Habiéndose encontrado en el Paleolítico Japonés, en América, y en el Neolítico
Europeo, incluida la Península Ibérica.
Osteoma de la raíz del cigoma
Pero los hallazgos no han quedado reducidos a fracturas y trepanaciones
craneales ya que han sido otras muchas las patologías demostradas. En el campo de
las malformaciones se han observado tanto microcefalias como macrocefalias, craneo-
estenosis (soldadura precoz de una o más estructuras craneales), impresiones
basilares (hundimiento de la base del cráneo) y acondroplasias.
Angioma cavernoso encefálico o meníngeo
Asimismo, se han demostrado en varias ocasiones lesiones de osteomas,
osteomielitis, exostosis de crecimiento, improntas óseas de meningiomas, aneurismas
arteriocavernoso craneoencefálico (caso del Eneolítico) lesiones típicas de
raquitismo, múltiples casos de atrosis, con mayor afectación vertebral.
raquitismo, múltiples casos de atrosis, con mayor afectación vertebral.
Osteocondroma
Por otra parte cabe admitir que el hombre también padeció enfermedades
transmisibles, ya que Ellis en 1954 encontró bacterias fosilizadas en rocas
secundaras del Jurásio de hace 150 millones de años.
Las primeras lesiones que se encontraron en los yacimientos prehistóricos
corresponden a esqueletos del Hombre de Neandertal, descubiertos en 1956, y se
supone que pertenecieron al Homo Sapiens, que vivió hace unos 70.000 años,
evidenciándose lesiones artríticas, por el proceso de levantarse sobre los miembros
inferiores.
Se han encontrado restos de un hombre del Neolítico, con signos claros
de Tuberculosis ósea, entre el 7000 y el 3000 a.C.
Nada sabemos de cómo trataban sus enfermedades los hombres prehistóricos,
excepto la técnica de la trepanación ya descrita, que quizás sea la intervención
quirúrgica más antigua conocida.
Aunque las pinturas prehistóricas nos pueden ilustrar algo más en este sentido.
La más representativa es la de la Cueva de Les Trois Frères en Francia, donde
aparece una misteriosa figura, en parte pintada, y en parte grabada, que
representa a un hombre danzando con una cabeza de ciervo sobre la suya, o una
máscara, y que ha sido interpretada como la imagen de un Chamán.
Esta y otra pintura paleolítica que muestra un reno de pie sobre una mujer
gestante tumbada en el suelo, son las dos únicas representaciones artísticas que
pueden indicarnos que el arte de curar en la prehistoria debió de estar muy
vinculado a influencias mágicas.
Podemos acercarnos algo más investigando esos pueblos que aun no siendo
prehistóricos, viven en condiciones semejantes a los de aquel entonces, como los
Yanomamis del Alto Orinoco, que aún no onocen los metales, los Mashigangas de
las Selvas de Madre Dios, y en Nueva Guinea los Amat; los Danis recién salidos del
neolítico, y los caníbales Coroways.
Al estudiar la Medicina del hombre primitivo tiene un gran interés para aclarar
el origen de la lucha del hombre contra la enfermedad, difícil de investigar en los
restos prehistóricos.
Las primeras actitudes en el caminar histórico del hombre primitivo, en cuanto
a la explicación de la enfermedad y sus remedios, probablemente oscilaron desde el
empirismo simplista y cómodo, que no necesita explicación intelectual de los
fenómenos observados sino un simple acomodo instintivo, hasta los primeros intentos
de una interpretación más razonada y complicada cuando aquellos hombres empiezan a
culturizarse a base de ir acumulando sensaciones en forma de prácticas, conductas y
creencias.
Lo más probable es que los hombres primitivos se fuesen agrupando en lo que
Graebner llamaba Círculos Culturales, que no eran otra cosa que grupos con
características sociales propias que, los diferencia e identifica de una forma
precisa de los otros grupos.
Tenemos que tener en cuenta que en los cuatro círculos culturales de Graebner,
el binomio enfermedad-salud cursa con características especiales y diferentes en
cada uno de ellos.
1.- En un primer Círculo estarían Pueblos cazadores, nómadas y recolectores,
constituidos por australianos, bosquimanos y pigmeos.
En estos pueblos de concepción preanimista todo gira en torno a la Magia,
para la que no existen obstáculos ni limitaciones, así como a la utilización de
hechizos que son los verdaderos causantes de la enfermedad y de la propia muerte.
El Médico Hechicero utiliza la Magia Imitativa cuando remeda la figura de la
víctima en forma de dibujo o muñeco, y tras un conjuro preciso, la maltrata
pinchándola, quemándola o rompiéndola, con lo que si la magia funciona, el sujeto
elegido será receptor de los maltratos y probablemente enfermará o morirá. Restos
de esas prácticas todavía persisten hoy en día, el vudú.
Cuando el hechicero utiliza los procedimientos de la Magia contagiosa, lo
hace más con finalidad terapéutica que para provocar daño o enfermedad, utilizando
generalmente productos del sujeto, cualquier elemento puede servir: un mechón
de cabello, un trozo de vestido, un collar, y actúa sobre ellos siguiendo la
creencia de que poseyendo una parte se tiene dominio sobre el todo, sobre la
persona entera, de tal forma que las actuaciones realizadas sobre aquel fragmento
producirán un efecto similar en el sujeto al que van destinadas. Será necesario que
el hechicero lleve siempre consigo un zurrón (en el caso de los indios norte-
americanos, confeccionado con el escroto humano) con toda suerte de elementos
terapéuticos: partes del cuerpo humano o de animales, o de plantas, o de piedras o
estacas.
Estos pueblos, que creen en el hechizo como fenómeno etiológico de las
alteraciones de la salud, piensan que aquel se produce porque en el cuerpo del
sujeto, alguien, (supuestamente un hechicero) ha introducido un objeto (objeto -
enfermedad)
Será necesario expulsar se objeto para lo cual todo el inventario de ritos y
ceremonias es inagotable: desde masajes a cánticos, danzas y succiones, todo
es útil y muy valioso.
Otras veces los remedios terapéuticos son más drásticos y traumáticos,
porque la expulsión del objeto-enfermedad así lo exige, y es por esto que algunos
pueblos (los tasmanios) provocan heridas o se extraen dientes o bien se taponan
los orificios naturales (los nasales con clavos). Los cráneos trepanados, sin
duda forman parte de este mágico arsenal terapéutico.
2.- En un segundo Círculo encuadraríamos a los pueblos con hábitos
esencialmente cazadores, pescadores y ganaderos, por lo que algún nomadismo es
indispensable. Geográficamente se localizan siguiendo todo el borde septentrional
de Europa, Asia y América, siendo su característica social más importante la
enorme influencia en su religión del animismo.
En estos pueblos, todo lo concerniente a los fenómenos relacionados con la
salud gira en torno a la propia alma del sujeto, que se localiza organicamente
orgánicamente en diferentes vísceras, según los distintos círculos culturales: el
corazón, el hígado, los riñones, etc. Y que se evade del cuerpo, bien durante
durante el sueño, por la acción de un traumatismo o, lo que es más importante y
frecuente, por la influencia del Chamán.
No sólo los aspectos relacionados con la salud tienen que ver en estas
culturas con el chamanismo, puesto que todos los restantes fenómenos sociales
giran también a su alrededor minuciosamente. El Chamán, habitualmente, no sólo
ejerce de sanador, sino también de sacerdote, de jefe político y hasta de guerrero,
y bajo su fuerte personalidad se desarrollan todas las actividades del pueblo.
Todo esto es posible y así sucede porque el Chamán es el gran "conocedor del
alma del hombre”, y tanto sirve para tratar la más extraña enfermedad como
para proteger las cosechas frente al mal tiempo o evitar la muerte del ganado.
Es por esto que cuando en la enfermedad el alma abandona el cuerpo, acude el
chamán que, en estado de trance, realiza espectaculares ritos donde se mezcla
mezcla la danza con los cánticos, que no cesarán hasta que el alma, evadida del
enfermo, sea capturada y devuelta al cuerpo. Otras veces suelen bastar algunas
oraciones o exorcismos o, incluso, el uso de remedios naturales de verdadero
resultado terapéutico, como cuando aplica al exterior o administra al interior
algunas hierbas. Asimismo puede emplear el calorlocal, suministrar masajes o curar
heridas o reducir fracturas.
Algunos sanadores africanos tratan las enfermedades mentales haciendo danzar
al enfermo con inusitada rapidez al ritmo del tambor, lo que origina una especie
una especie de trance con convulsiones histéricas, tras las cuales acontece un
estado de relajación.
Para llegar al diagnóstico el Chamán puede interpretar las señales mágicas
del vuelo de las aves, las figuras trazadas en la tierra o en el lago, o los
gritos de la médium en sueño hipnótico, o ver la reacción de determinados
animales al ingerir venenos.
El Chamán viene a ser el hombre bueno y honrado de la tribu y además muy
respetado por todos. Desde el punto de vista sanitario ha jugado un papel muy
importante en los círculos primitivos hasta la llegada de “la moderna
civilización médica” que a menudo ha tenido que convivir con él sincretizándose de
de forma armónica.
3.- En un tercer Círculo, englobaríamos a los Pueblos agrícolas, sedentarios,
matriarcales. Donde se pueden ve r los esbozos de una administración de justicia
con la aplicación de penas. Surgieron en el Sureste Asiático, Africa y Amazonas.
La conducta de los componentes de estos círculos está marcada por el animismo,
y así la enfermedad está producida por la acción de un “alma o espíritu maligno”
que ha penetrado en el enfermo y ha tomado posesión de todo su cuerpo o de algún
órgano. No hay que olvidar que estas almas malignas podían estar especializadas en
provocar determinadas enfermedades, el espíritu de la viruela por ejemplo, dándose
la circunstancia de que algunos pueblos han llegado a clasificar hasta treinta y
cuatro demonios diferentes, cada uno de ellos especialistas en un determinado mal.
La curación de estos enfermos tiene que basarse en lograr la expulsión del
“mal espíritu” al medio externo o su transferencia a otro ser, un enemigo próximo,
y esto se logra po r muy diversas y variadas técnicas, utilizándose este cometido
las sangrías, las fumigaciones, la emisión de ruidos, los exorcismos, los mágicos
fetiches que actúan exclusivamente según la intención de su propietario, los
amuletos cuya magia tiene un único objetivo, y los talismanes que sólo originan
buena suerte. Para ahuyentar los malos espíritus causantes de la enfermedad las
mujeres del oeste de Africa llevan la cara pintada de blanco, lo que no es
obstáculo para que, a la vez, tomen medicación contra la malaria.
4.- En este cuarto Círculo entrarían los pueblos que practican el nomadismo
estacional, la pesca y la ganadería. Son pueblos con una estructura patriarcal y
tribal, donde aparece el Tótem. En estos círculos que se inician en los mares del
sur se practica la exogamia, formándose parejas de diferentes Tótems.
Estos pueblos también están animados del pensamiento mágico, apareciendo el
concepto de tabú, que es algo que se debe evitar. El tabú, en cuanto a su
incumplimiento, se relaciona con la enfermedad o con la muerte.
Las diferentes respuestas del hombre primitivo ante los fenómenos inevitables
de enfermedad y muerte, y en relación al círculo cultural al que pertenezca, se
pueden esquematizar en el siguiente cuadro de Clements.
Según la “concepción de la enfermedad” podemos distinguir:
Penetración de Objeto extraño -> Comienzos Paleolítico -> Viejo Mundo
Evasión del Alma -> Finales Paleolítico -> Siberia
Acción Espíritus Malignos -> Finales Pleistoceno -> Asia Occidental y del
Sureste,Africa y Amazonas
Acción Mágica por -> Reciente -> Viejo Mundo, Liberia,
incumpliento tabú Asia Occidental
Vistos así los diferentes Círculos, vamos a pasar a ver como eran las
diferentes Medicinas de los diferentes pueblos a lo largo de su evolución, para de
este modo poder ir viendo como fue su evolución, su implantación, sus influencias
e incluso sus absorciones por otras culturas por decirlo de esta manera.
Continúa.......
Octavio Dopico
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