¿MAGIA ….O….CIENCIA?....................PARTE - IV
Vamos a comenzar por dar un breve repaso a como era la Medicina en Mesopotamia.
Debido al sistema teocrático predominante en Asiria y Babilonia, la Medicina tenía
gran influencia de la demonología y prácticas mágicas. Basados en su creencia de que el
Hígado se consideraba el asiento del alma, se dedicaron especialmente al estudio de este
órgano para descifrar las intenciones de los dioses al igual que los Sueños.
Tabla Sumeria
En cambio, la mayor parte del conocimiento que se tiene sobre la Medicina en
Babilonia y en Asiria viene de unas 30.000 tabletas de arcilla que fueron descubiertas
por Austen Henry Layard entre las ruinas de la Biblioteca de Asurbanipal, en Nínive. Se
dice que contenía unas 100.000 tabletas de la literatura Sumeria y Babilonia.
continua..............
De las 30.000 tabletas examinadas, hay unas 800 relacionadas con la Medicina,
aunque no es fácil distinguir entre textos médicos, exorcismos, encantamientos y
plegarias, que con frecuencia se usaban como medios terapéuticos. La Medicina Asiria
era mágico-religiosa, y su principal explicación de la causa de la enfermedad era la
posesión por un espíritu maligno.Aunque teniendo un elevado grado de especialización.
El dolor en el cuello, era causado por un espíritu maligno llamado Adad; si era el pecho,
su nombre era Ishtar; Gallu era el que provocaba alteraciones en las manos, en el
aparato genital femenino Labartu; Cantar que era el mensajero de Allatu (reina del
mundo nocturno), podía causar 60 enfermedades diferentes; Ura, la Diosa de la
Pestilencia, etc, etc….
El tratamiento para librarse de todos estos demonios eran los exorcismos,
acompañados claro está, de purificaciones, sacrificios, penitencias. El médico o Asu era
así una mezcla de sacerdote y médico, pero también los jueces y los abogados eran
sacerdotes. Ya que en una cultura tan dominada por los dioses el poder descansaba en
sus representantes.
Mesopotamia fue llamada con toda razón la cuna de la civilización.
Los descubrimientos de la rueda, el arco y el sistema sexagesimal. Allí se
construyeron las primeras ciudades, las ciudades-estado, y se fundó el primer Imperio del
mundo bajo la Dinastía Acadia.
Máscara de Sargon de Akkad
La escritura se inició en la antigua ciudad de Uruk, situada al sur de los ríos
Eufrates y Tigris, en la Mesopotamia, en donde habitaban los Sumerios y los Acadios, en
el año 3.500 a.C. aproximadamente. Los Sumerios construyeron la ciudad de Babilonia,
que sobrevivió unos 3.000 años, hasta que fue destruida en el año 275 a.C.
Base de Templo en Uruk-Erech
El rey Hammurabi (2123-2081 a.C.) fue el primero en levantar un cuerpo de leyes
para regular la administración, que incluye algunas relacionadas con la cirugía, y que son
las más antiguas que se conocen.
Hammurabi
La más importante de las ciudades estado, Summer, al sur de Mesopotamia, fue el
gérmen de la primera gran cultura asiria. Allí en Summer, entre las ruinas de la ciudad de
Nippur se encontró lo que podríamos considerar la primera Farmacopea del mundo. Hoy
se conserva en el museo de la Universidad de Filadelfia. Se trata de una pequeña tablilla
de arcilla (de 16 x 9´5 cm) donde están escritos con caracteres cuneiformes los nombres de
doce remedios vegetales, animales y minerales.
Ziggarat of Ur
Mesopotamia vivió uno de los períodos más fructíferos bajo el gobierno de Hammurabi
(1728-1626 a.C.) en la ciudad de Babilonia, irradiando su influencia más tarde, a través
de los años, hacia las civilizaciones hebrea, griega, islámica y cristiana.
Para los médicos asirio babilónicos, la enfermedad tanto podía ser debida a un
castigo de los dioses, teniendo una concepción estrictamente religiosa como expresión del
pecado, como deberse a causas no sobrenaturales. Varios dioses estaban encargados de
estos asuntos: Ninib era el Dios de la Salud y Ea el precursor mítico de los médicos,
aunque el verdadero dios sanador fue Ningishzida, a quien se representaba como una
serpiente bicéfala.. Otros demonios estaban comprometidos con diferentes males o síntomas:
Tin era responsable del dolor de cabeza, Namtaru del de garganta, Jergal de la fiebre,
siendo muy nocivo el Séptimo Espíritu, tan perjudicial que se evitaba tratar a los
enfermos en los días divisibles pore site.
En Mesopotamia los médicos estaban clasificados en tres categorías, como se indica
bien en la biblioteca perteneciente al rey Asurbanipal, cuyas tablillas se descubrieron
en las minas de Nínive. El “baru” representaba la máxima categoría entre los médicos y su
cometido era pronunciarse sobre la causa y la evolución de la enfermedad; su palabra era
sabia. El “ashipu” tenía el papel mágico de invocar a los demonios para que abandonasen
el cuerpo del enfermo-pecador. El “asu” era el médico práctico que utilizaba los remedios
vegetales u otros medicamentos, o incluso intervenía quirúrgicamente, a veces de forma
profiláctica, como cuando castraba a los esclavos al servicio de mujeres principales.
El “asu” podía estar auxiliado por ayudantes cualificados, como los “gallubu”
(barberos) o las “mushenigtu” (nodrizas), que no estaban ligados, como los médicos, a
ninguna casta sacerdotal, sino que eran laicos.
Las medidas terapéuticas de estos "Asu", ayudaban a extirpar al demonio por medio de
plantas, ungüentos y emplastos; y estaban dotadas de poderes mágicos.
Entre las sustancias que usaban para preparar estos remedios se encuentran 250
derivadas de vegetales y 120 minerales, como anís, belladona, marihuana, cardamomo,
aceite de castor, ajo, mandrágora, mostaza, y opio. Como vehículos están el vino, aceites,
grasas, miel, cera, leche y agua.
Algunas indicaciones son adecuadas, como azufre para la sarna, marihuana para la
depresión y la neuralgia, mandrágora y opio para el dolor y como somníferos, y la
belladona para la dismenorrea y el asma. Pero también se recetaban por vía oral grasa
cruda de cerdo, heces de perro o humanas, sangre y orina de animales y otras cosas peores,
con la idea de que los demonios se asquearan y abandonaran el cuerpo del paciente.
Una parte importante del tratamiento era la colocación cerca del enfermo de estatuillas
de monstruos, para intentar asustar y ahuyentar al demonio causante del padecimiento.
Otra de las partes de su trabajo era de adivinación, era adivinar el pronóstico, y ésto
lo llevaba a cabo mediante la inspección del hígado de un animal sacrificado con ese
propósito.
La hepatoscopía se realizaba en ovejas, aunque no solamente en casos de enfermedad,
sino también a modo de oráculo, como cuando se iba a emprender un negocio, un matrimonio,
una guerra, o cualquier otra empresa peligrosa.
También se practicaba la adivinación por medio de la astrología, basada en que los
movimientos del Sol, de la Luna y de los planetas. Los conocimientos de los astrónomos
babilónicos eran sorprendentes y establecieron relaciones estrechas entre la Astrología
y la Medicina, que tuvieron gran influencia no sólo en el pensamiento médico de Egipto,
de Grecia y de Roma, sino que siguieron formando parte de la Medicina durante toda la
Edad Media.
El Código de Hammurabi, en 1902 fue desenterrado en las ruinas de la ciudad de
Susa, a donde había sido llevado desde Babilonia como trofeo de guerra en el año 1100
a.C., un bloque cilíndrico de diorita de más de 2 m de alto y 0.50 m de circunferencia,
en donde está grabado el Código de Hammurabi. Hoy en el museo del Louvre.
Lista de dioses hecha por los Sumerios-2400aC
En la parte superior del bloque hay un bajo relieve que representa al rey
recibiendo las leyes de las manos de Shamash, el dios-Sol, y por debajo hay 16 columnas
de inscripciones, mientras que en el lado opuesto hay 28 columnas más. Las leyes
médicas se refieren a la práctica de la cirugía y establecen los honorarios que deben
cobrarse según el nivel social y económico del paciente, y según el resultado de la
cirugía.
Recoge en diez normas básicas tanto los honorarios que a los médicos había que
abonar como las penas que tenían que sufrir en caso de mala praxis. Algunos ejemplos
de este código son meramente demostrativos:
Si un médico (Asu) opera a un noble por una herida grave con una lanceta de bronce
y causa la muerte del noble; o si abre un absceso en el ojo de un noble con una lanceta
de bronce y lo destruye, se le cortará la mano.
Si un médico ha tratado la herida grave de un hombre con un cuchillo metálico y le
ha causado la muerte, o ha abierto un tumor de un hombre con un cuchillo metálico y le
ha destruido un ojo, se le cortarán las manos.
Si un médico opera a un esclavo con una lanceta de bronce y le causa la muerte, tendrá
que reponer el esclavo con otro del mismo valor.
Si al que cura es esclavo de otro hombre, éste último deberá de pagar al médico dos siclos
de plata.
Si un médico cura una fractura ósea de un noble o alivia una enfermedad de sus intestinos,
el paciente le dará cinco shekels de plata al médico.
Si se trata de un esclavo, el dueño del esclavo le dará dos shekels de plata al médico.
Si un médico ha tratado una herida grave de un hombre libre con un cuchillo metálico
y lo ha curado, o ha abierto el tumor de un hombre libre con un cuchillo metálico y ha
curado su ojo, deberá recibir diez siclos de plata.
Si un médico ha tratado una herida grave de un esclavo de un plebeyo con un cuchillo
metálico y le ha causado la muerte, deberá proporcionarle un nuevo esclavo.”
Quizá a los “gallubu” y “mushenigtu” ser refiera el Código de Hammurabi cuando
precisa los castigos a los médicos por mala praxis.
Los médicos Mesopotámicos para realizar el diagnóstico del enfermo, además de
observar sus síntomas, trataban de adivinar el pecado causante de su enfermedad,
para lo cual unas veces sometían al enfermo a un interrogatorio ritual exhaustivo,
con objeto de sondear la impureza moral que originaba su mal, y otras interpretaban
las caprichosas figuras que proyecta el aceite vertido en el agua, o reflexionaban sobre
la dirección del humo del incienso junto al enfermo o realizaban con gran detenimiento
hepatoscopia, examinado con mucho detalle el hígado de animales sacrificados, porque "en el
hígado debía de residir la vida, ya que de allí sale la sangre".
Así pues, diferentes y variadas invocaciones mágicas concurrían en el tiempo con la
aplicación de multitud de remedios naturales. A la vez, algunos médicos resultaron grandes
expertos en la curación de heridas, la reducción de fracturas o la marca de los esclavos,
y habíalos muy diestros en situaciones quirúrgicas tan alejadas como la operación de
cataratas o los taponamientos nasales.
Dentro de las actuaciones preventivas llama la atención el aislamiento riguroso al que se
sometía al enfermo para evitar que el espíritu maligno se transmitiera a otras personas. En las
enfermedades infecciosas esa actitud resultaba muy beneficiosa para la Salud Pública.
La minuciosa reglamentación de los actos médicos del Código de Hammurabi,
indicativa de posible plétora médica, hace que resulte extraño e insólito el relato del
historiador Herodoto (siglo V a.C.) cuando dice: “no tienen médicos". Cuando un hombre
está enfermo se le deja en la plaza pública y los transeúntes se acercan y si han padecido la
misma dolencia o conocen a alguien que la ha sufrido, aconsejan los remedios más adecuados.
No está permitido pasar en silencio por delante de un enfermo sin interesarse por su
padecimiento”.
Sea como fuere, la cultura Asirio-Babilónica, irradió su influencia en todos los campos del
saber a otras muchas civilizaciones.
Restos de la ciudad antediluviana de Uruk
Sumeria, IV milenio aC
Las que abordan el estudio de la patología de las orejas, son textos acadios, que imbuidos de un carácter mágico-religioso atribuían a la acción de un demonio llamado
Espectro, las dolorosas molestias que padecían este tipo de pacientes, y a otro Espíritu
diabólico, Namturu, el dolor de garganta. Así lo indica un texto médico-filosófico asirio:
“los demonios o espíritus del mal producen las enfermedades, las cuales podemos combatir si
utilizamos bien las plantas, a las que el Dios del Bien ha dotado de virtudes salutíferas.
Por esto el acto médico ha de ser un acto religioso y el Médico ha de pertenecer a la clase
sacerdotal”.
A esta patología de “las orejas”, dedica varios capítulos un famoso texto Acadio: El
Tratado de Terapéutica. La Medicina Babilónica en su tratamiento de las enfermedades del
oído, como en el resto de las enfermedades, mezclaba la intervención del mago con sus
conjuros y encantamientos, y la administración de los agentes terapéuticos naturales.
A Campbell Thompsom (1905), debemos el conocimiento de los siguientes exorcismos:
“” Oh Espíritu Maligno””, “”Oh Demonio Malvado””, Oh Fantasma del Mal””, “”Oh Enfermedad
del Corazón””, Oh Dolor del Corazón””, “”Oh Dolor de Cabeza””, “”Oh Dolor de Muelas””,
“”Oh Dolor de Orejas””.
Y aún tenemos una interpretación más, que va relacionada con la creación del Mundo, y es
la que nos aporta Zecharia Sitchin recientemente fallecido, pero esa................. esa es otra
Historia.
Octavio Dopico
3 comentarios:
Muy interesante y un buen resumen desde el punto de vista de la "historia oficial", pero sabes que yo soy muy de mi gran Sitchin (q.e.p.d.) y habiéndome leído todos sus libros, opino diferente :-)
Muy buen aporte apara poder comparar diferentes teorías.
Besitos resalao :-)))
Eso digo al final, porque merece un post exclusivo para él. Y posiblemente sea uno de los próximos. Gracias por comentar María José. Hasta siete besitos :-))))
O sea, que haciendo una traslación a los tiempos que corren...
El "baru" son los especialistas de hospital y el "asu" el especialista de familia.
¿Y el "ashipu"?... Veamos que nos dice el autor :
"El “ashipu” tenía el papel mágico de invocar a los demonios..."
Ah....ya lo tengo: los "ashipu" son la gerencia del SERGAS.
;-D
Salud y mucha alergia!!!
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