27 octubre 2006

TUNGUSKA.............¿Qué sucedió............................?


Tunguska.........
¿Qué sucedió el 30 de Junio de 1.908..............?


El verano del año 1908 fue rico en bólidos brillantes, y desde el mes de junio de aquel año se pudieron observar crepúsculos brillantes como los que suelen verse tras las grandes erupciones volcánicas, en algunas ciudades de Europa incluyendo la Rusia europea y la parte occidental de Siberia. Estos fenómenos fueron aumentando en intensidad hasta el día 30 de junio, en que alcanzaron el máximo.

Dichas anomalías vinieron acompañadas de unas curiosas formaciones de nubes semiesféricas, con luminiscencia nocturna, que permitía incluso leer diarios en plena noche, así como por intensos halos solares.

Los fenómenos se pudieron observar en el área comprendida entre el río Yenisey (Siberia) al este, el océano Atlántico al oeste, Burdeos (Francia) por el sur y las latitudes más altas al norte.

Estos efectos fueron disminuyendo progresivamente, aunque algunos pudieron observarse hasta finales de dicho mes. Concretamente, el diario estadounidense The New York Times, en su edición del 3 de julio, informó acerca de "luces notables" que habían sido observadas "en los cielos septentrionales durante las noches de los pasados martes y miércoles".

Los científicos atribuyeron por error estos fenómenos a protuberancias solares causantes de alteraciones eléctricas en la atmósfera. El periódico inglés The Times informaba también que, 25 años antes, durante la erupción del volcán de la isla Krakatoa (océano Pacífico), se pudieron observar espectáculos similares. En aquellos días, el Observatorio del Monte Wilson, en California (EE.UU.), detectó una marcada reducción en la transparencia del aire.

         
Tal vez, lo más enigmático de las observaciones que tuvieron lugar en aquel verano fueron las referidas a anomalías magnéticas. En un breve artículo, publicado en la prestigiosa revista científica alemana Astronomische Nachrichten, en 1908, el profesor Weber, de la Universidad de Kiel (Alemania), expuso a la comunidad científica sus observaciones acerca de unas inusuales desviaciones periódicas de la aguja de la brújula.

Este efecto se repitió cada noche, con una duración de 7 horas en cada ocasión, desde el 27 de junio hasta el 30 de junio de 1908. Otros magnetogramas anómalos, con fecha de 30 de junio de 1908, fueron registrados en el observatorio de Irkustk (Siberia), y descubiertos en 1960 por los investigadores Plejanov y Vassilyev.

Las explosiones se escucharon en las primeras horas del día 30 de junio de 1908. Comerciantes rusos de pieles y los habitantes de la zona vieron una bola de fuego cruzando la atmósfera hacia Vanavara (Siberia) dejando tras de sí un rastro de luz de 800 kilómetros de longitud.

Aquel objeto, fuera lo que fuera, se aproximaba descendiendo con un ángulo de entrada de unos 30º-35º sobre el horizonte. Su mirada siguió la brillante bola en su trayectoria hacia el noroeste y, cuando parecía que iba a desaparecer tras el horizonte, se deshizo tras una serie de explosiones.


LOS FENÓMENOS SÍSMICOS
     
     El evento de Tunguska se acompañó de fenómenos sísmicos a distancia del punto cero, entre ellos podemos citar algunas de las ciudades donde se notaron, acompañándose no sólo de vibraciones sino también de caída de objetos y rotura de cristales en:

Troinaya, a unos 1034 Km. Tolsty , 1020 km. Zshyimigitskii, 1017 km. Manzurka, 860 km. 

Korostelyovo 684 km. Kansk, 635 km. Eniseisk, 609 km. Ingash (605 km). Taishet (594 km). Entre otros muchos lugares.

     Según la interpretación de los sismógrafos la magnitud del terremoto fue de 4.5-5 en la escala Richter. Pero un terremoto de esa magnitud por un impacto solamente podría sentirse dentro de un radio de 100 a 200 km como un movimiento débil de la tierra, y no con caída de objetos y rotura de ventanas a más de 600 Km. La duración larga de los fenómenos sísmicos también es un enigma para la hipótesis del meteorito. En algunos lugares los observadores informaron de una duración de hasta 45 minutos. La Estación Sismológica de Irkutsk lo grabó durante más de una hora.

Hay un informe interesante, de la mina de Stepanovskii, que decía que un terremoto se sintió en esta área a las 23.43 del 29 de junio, es decir una media hora antes de la " caída del meteorito " de Tunguska.

   El lugar del suceso quedó determinado a una latitud de 62º norte y una longitud de 101º este, a 92 kilómetros al norte de Vanavara, cerca del río Tunguska. Según los cálculos posteriores, el objeto se deshizo a una altitud de unos 7,6 kilómetros, convirtiéndose en el primer visitante cósmico de gran tamaño que golpeaba la Tierra desde la existencia de vida humana (del que tenemos noticia).

   Según Stanley (1997), sobre las consecuencias del impacto de un objeto cósmico contra la Tierra, los meteoritos de un diámetro menor de 50 metros, se destruyen total o parcialmente en su entrada en la atmósfera, y no representan una amenaza para la vida.
Aquellos que tienen un diámetro sobre los 100 metros, ocasionan desastres que se limitan a una zona específica, como por ejemplo pudiese ser el caso de Tunguska, y tienen una probabilidad de ocurrir cada 250 años.
           Los que ya tienen en torno a 1 Km originan catástrofes, y una destrucción considerable en una región extensa, y la probabilidad es que suceda cada 25.000 años.
Aquellos que presentan un diámetro de unos 10 Km, pueden provocar efectos a escala planetaria, con una probabilidad de suceso de unos 100 millones años. Pueden originar extinciones.
           Y si tuviesen un tamaño de unos 10 Km, podrían ocasionar la extinción total de la vida en el Planeta, el Armagedon. Con una probabilidad de suceso de unos 1.000 millones de años.

Cálculos efectuados por diferentes especialistas en relación con el evento del Tunguska, indican que el objeto cósmico entró en la atmósfera y la "explosión" debió de ocurrir en una zona comprendida entre 5 y 10 km de altura; o sea, cuando el cuerpo sólido penetró en la troposfera.

La potencia de la onda de choque debió ser aproximadamente igual a la desarrollada por el estallido en la atmósfera de una bomba nuclear de 20 megatones.

Este singular fenómeno pudo haber ocasionado un verdadero desastre natural.

Según los testigos oculares:

1.- Kokoulin agricultor del pueblo de Nizhne-Ilimskoe: "" Dijo que el meteoro formó un lago, que hirvió durante dos días. Estaba dispuesto a mostrarlo, pero nadie creyó en su historia ""

2.- Testimonio ocular I.I Aksyonov: Ellos vinieron a la región del río Shelle, a un kilómetro del río Chamba. Había dos montañas, que conocían muy bien.
...Ocurrió que una montaña se desplomó. Un foso se formó en ese lugar, y ese foso estaba inundado por un lago. La segunda montaña fue cortada a la mitad.
El agua del lago estaba dando vueltas. Algo blanco como graso (o algo con olor como la bencina) estaba flotando sobre la superficie del agua.

3.-
Testimonios de testigos presenciales, recogidos por G.P.Kolobkova: "... Ilya Potapovich Potapov  (Lyuchetkan) ha dicho a la hija de A.G.Bryukhanova que había un elevado  cerro de una motaña que había sido bombardeado por un meteorito, y que se habían formado un lago y un arroyo...””

4.- Testimonios de testigos oculares, que fueron recogidos por G.P.Kolobkova: Nastya Dzhenkoul fue interrogada en Noviembre de 1959. Su padre y su abuelo vivían cerca del río Hushmo en 1908. .."" Una gran piedra ha caído, grande como como "" el chyum "" (Tienda de Tunguses), saltó hacia arriba dos o tres veces, y luego se hundió en un pantano o ciénaga. La piedra era brillante, negra, y ha caído con un sonido horrible u-u-u-u….

5.- Testimonios de testigos oculares, que fueron recogidos por G.I.Sokolova, T.I.Novokshonova, I.Sosnina: "" Smirnov Grigoriy Sergeevich ( nacido en 1887), Fue interrogado en el pueblo de Irkineevo en 1969."  ....dijo que una piedra ha caído. Cinco años más tarde esta piedra se hundió en el terreno. Esta historia fue contada por aquel lugareño que cazaba allí.


6.- I.Levchenko, L.Solovyov y G. Fofanov hicieron las investigaciones cerca del río Chyunya:

"" Daunov Vasiliy Pavlovich narro la historia de su padre. ... V.P.Daunov ha dicho, que un Evenk vivía en Mutoray había encontrado una piedra grande rara
y brillante (como hojalata) en la taiga. Nadie sabe donde esta esa piedra hoy en día.
 
7.- "El cielo se partió por la mitad y apareció una gran bola de fuego. El aire se calentó de tal forma que era imposible soportarlo. Hubo una explosión ensordecedora y (mi amigo) S. Semenov fue arrastrado por el suelo hasta una distancia de seis metros. Mientras el viento caliente pasaba, el suelo y las cabañas temblaban. Las cabras fueron liberadas de sus establos y los cristales de las ventanas saltaron de sus marcos".
8.-Nizshne-Karelinskoye (465 km). Sumamente luminoso (era imposible mirarlo) el cuerpo luminoso se vio bastante alto poco después en el cielo norte-oriental 8 de la mañana se parecía un tubo (el cilindro) y porque 10 minutos bajaron a la tierra. El cielo estaba claro, pero sólo en el lado dónde el cuerpo fue visto, una nube oscura pequeña estaba presente muja sobre el horizonte. Mientras viniendo a la tierra, el cuerpo dispersó (chato) y a este lugar un bollo esponjado grande de humo negro aparecía. Entonces una llama emanó de esta nube.
 
9.- Nizshne-Ilimskoye (419 km). El bólido fue visto mientras caía, y al aproximarse a tierra se transformó en 2 columnas de fuego.

10.- Os'kino (330 km). Innokentii Farkov dijo que un estampido que iba  creciendo gradualmente  se oyó desde primeras horas de la mañana.   La tierra temblaba cuando un cuerpo negro paso volando arrastrando una cola ardiente.

11.- Kezshma (214 km). En Kezshma se veía una nube luminosa volante. 

12.- Kokorin À. K., el observador del Kezshma la estación meteorológica marcó en el registro observacional que a las 7 de la mañana dos círculos ardientes de gran tamaño aparecían hacia el norte, se vieron durante unos 4 minutos y luego desaparecieron. Poco después, se oyó un ruido, como un viento, que venía en dirección norte sur y que había durado unos 5 minutos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

13.- Tetere (92 km). Se vieron las columnas de fuego en el norte.

14.- Vanavara (65 km). Nadie vio un bólido. Se vio una llama luminosa  en el  horizonte en dirección norte.

15.- El testimonio siguiente era típico para el área cercana al epicentro. Dos hermanos de Evenk, Chuchancha y Chekaren, que se encontraban durmiendo en su tienda se despertaron de repente, oyendo unos silbidos y un viento muy fuerte. Oyeron un ruido horroroso y sonidos de árboles cayendo. 

De repente se oyó como un rayo ensordecedor, la tierra empezó a temblar y oscilar, y, una violenta ráfaga de viento volcó la tienda. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


En base a las cuentas de los testigos oculares, se establecieron tres trayectorias probables del "Objeto espacial de Tunguska". La primera era de sur a norte (propuesta y defendida por Voznesenskii À., Kulik L. y Astapovich). Entonces en 1949 Krinov propone la trayectoria desde el sudeste. Finalmente en los años 1960 se propuso la trayectoria oriental basándose en el relato de los testigos oculares, así como en el modelo de la caída de los árboles de la zona.

Obviamente, el “” objeto espacial “” no podía venir de tantas direcciones

Se dispone en la actualidad de cerca de unos 900 testimonios de testigos del objeto de Tunguska, recogidos por las sucesivas expediciones que han alcanzado el lugar hasta 1970. Los relatos han sido publicados en su mayor parte por el investigador ruso Vasilyev, conjuntamente con otros colaboradores, en el año 1981, y han sido analizados con detalle.

Los mismos se refieren a dos fuentes básicas de información, la luz y el sonido. El fenómeno visible contiene información acerca de la trayectoria del objeto, sus características ópticas y su destrucción en la atmósfera. El sonido y otros fenómenos sísmicos añaden información acerca de la interacción del objeto con la atmósfera y el suelo.

El fenómeno visible incluye un objeto de un brillo comparable al del Sol, con la aparición, según algunos testigos, de fenómenos iridiscentes, semejantes al arco iris.

Algunos de los relatos presentan contradicciones en función de la situación del testigo en el momento del impacto, lo que ha hecho considerar en ocasiones la existencia de varios objetos o, incluso, de una trayectoria variable. En algunas poblaciones, lo que se observó precisamente durante el fenómeno fue una especial oscuridad, lo cual podría ser explicado por la destrucción del cuerpo en la atmósfera o por la existencia de una gran cola de polvo. Algunos testimonios difieren incluso a la hora de fijar la hora a la que sucedió todo…

En cualquier caso, los intentos de concretar una trayectoria sobre la base de las observaciones de los testigos han resultado infructuosos, denotando en su diversidad un fenómeno complejo, heterogéneo en cuanto a los múltiples atributos percibidos.

En cuanto a los fenómenos relacionados con el sonido, pudo percibirse una cierta similitud entre el campo sonoro (ondas balísticas) y la distribución de los árboles caídos en el epicentro de la catástrofe, con un eje de simetría similar para ambos (en la dirección sudoeste y nor-nordeste). Los estudios relativos a los fenómenos sonoros que acompañaron el impacto permitieron proyectar de una forma más fiable la trayectoria del objeto, no sólo cerca del epicentro, sino a distancias considerables.

Los testigos oculares también describieron el desarrollo de unas espesas nubes plateadas, que evolucionaron hacia el oeste después de la catástrofe, lo cual no ha sido aún explicado hasta la fecha. Por supuesto, los testimonios de quienes presenciaron la catástrofe abogan por un origen natural de la misma.

Podríamos concluir, según los testimonios recogidos y las investigaciones llevadas a cabo, que un objeto procedente del espacio exterior, de gran tamaño, llegó a una altura de entre 2,5 a 9 Km sobre el área afectada (60º 53' norte, 101º 54' este) y explotó con una gran liberación de energía, equivalente a entre 10 y 20 megatones (40 megatones según algunos autores), es decir entre 10 y 20 millones de toneladas de TNT.

Esta energía equivale a unas 1000 veces la liberada durante la explosión de la bomba nuclear que asoló Hiroshima (Japón) en 1945.

La explosión del "objeto cósmico de Tunguska" creó una onda sísmica que fue registrada en los observatorios siberianos de Irkustk, Tashkent y Tbilisi, así como en el de Jena (Alemania).

Se registraron también fuertes alteraciones de la presión atmosférica tras la explosión. Además se detectó una tormenta magnética local que persistió durante más de cuatro horas, causando alteraciones geomagnéticas en la atmósfera similares a las que siguieron a las explosiones nucleares. En la Antártida, cerca del volcán Erebo, se observaron unas auroras boreales anormales el día 30 de junio de 1908, que pudieron ser debidas a dicho cuerpo cósmico.

La onda de choque devastó 25 km2 del bosque de la taiga; calcinó la vegetación en un área de unos 200 km2 (se generó una columna de fuego, en la región central donde se produjeron las temperaturas más elevadas, visible a cientos de kilómetros) y derribó árboles en un radio de más de 2.000 km2.

Incluso se han descrito anormalidades en los registros paleomagnéticos en la región, que podrían estar relacionados con el suceso.

Resultados de misiones de investigación en la zona

Hoy en día, la región de Tunguska se mantiene como un área desolada, pantanosa, infestada de mosquitos, en medio de bellos y accidentados paisajes de la taiga siberiana. Para alcanzar el epicentro se debe contratar un helicóptero, o bien realizar una pesada caminata, lo cual ha dificultado la investigación y colaborado en el mantenimiento del misterio que envuelve desde el primer momento a este catastrófico acontecimiento que un día estremeció el planeta. Incluso 90 años después, las huellas del suceso no son difíciles de apreciar.

Sin duda, es la información contenida en el "diagrama" de los miles de árboles derribados la que ha ayudado de manera más fideligna a las sucesivas misiones exploratorias a reconstruir la secuencia de acontecimientos y extraer conclusiones más claras acerca de la naturaleza del Cuerpo Cósmico de Tunguska.

La caída de árboles es prácticamente radial en la mayor parte del territorio, aunque anisotrópica, es decir, variable en función de la dirección en la que se observa. Estos parámetros variables nos sirven como una valiosa fuente de información acerca de las características de la onda de choque aérea causada por el Cuerpo Cósmico de Tunguska. En la parte central de la región afectada aún se mantienen altos tocones y troncos desnudos (llamados por ello "postes telegráficos") junto con árboles caídos con posterioridad al impacto como consecuencia de vientos de dirección caótica. El diámetro actual del bosque de árboles muertos y caídos en diversas direcciones es de unos 3 a 5 kilómetros.

La región total de caída de árboles tiene una forma parecida a la de una mariposa enorme, situándose los límites de la misma a 18-19 Km desde el epicentro hacia el norte, noroeste y oeste, 26-27 Km hacia el este-sudeste, 37-38 Km hacia el nordeste, y 40-41 Km hacia el sur-sudeste.

Para complicar el panorama, diversos investigadores de la década de los años sesenta identificaron cuatro epicentros menores. Cada uno de ellos tiene su propio diagrama de árboles caídos y cada uno de ellos debió ser causado por las explosiones secundarias que tuvieron lugar al final de las observaciones de los testigos.

En 1927 una revalorización de los testimonios recogidos movilizará la primera expedición científica de la Academia Nacional de Ciencias de la URSS, encabezada por el científico Leonid A. Kulik, casi veinte después del suceso. Gracias a ella, se pudo documentar el suceso en fotografías y recogiendo evidencias, pudiendo determinar el epicentro general, así como realizar el mapa de los árboles caídos. El suyo será el primer aporte científico para la dilucidación del suceso que se prolongará en sucesivas expediciones.

Encontró también, unas desconcertantes áreas ovales intactas que imaginó serían los cráteres originales ocasionados por el meteorito, llenados de nuevo tras el paso del tiempo. Dadas las evidencias, se atrevió a suponer que el fragmento principal del meteorito permanecería sumergido en algún lugar del gran pantano central que se hallaba en el epicentro, pero las diferentes pruebas magnéticas y diversas excavaciones realizadas a lo largo de las sucesivas expediciones no consiguieron encontrar ni un solo gramo de metal ni en el gran pantano central ni en aquellas zonas intactas ovales que tanto sorprendieron a Kulik.

Todas las posteriores búsquedas del meteorito han seguido fracasando hasta la fecha, incluidas todas aquellas emprendidas en los últimos diez años.

La Segunda Guerra Mundial impidió, por un tiempo, nuevas expediciones, tras las de Kulik. En 1958 el comité de meteoritos de la Academia Soviética de Ciencias envió una serie de misiones científicas dirigidas por Kirill Florensky. En 1959 la Universidad de Tomsk (Rusia) reunió recursos suficientes, bajo el impulso de Gennadiy Plejanov, para formar una nueva expedición. En 1963 nuevas investigaciones tomaron cuerpo gracias a Nikolai Vasilyev (de la hoy, Academia Rusa de Ciencias) que ha dirigido 29 expediciones científicas en los últimos años. Hasta 1989 no se permitió el acceso a la zona de investigadores extranjeros.

En 1930 el astrónomo Whipple, entonces director del Observatorio Geofísico de Kew, en Richmond Old Park, Reino Unido, logra reconstruir a través del revelamiento de registros microbarométricos de distintos observatorios del mundo, entre ellos los de Irkutsk y San Petersburgo en Rusia, Copenhague en Dinamarca , Berlín y Postdam en Alemania, Zagrev en Croacia, Greenwich en el Reino Unido, Jakarta en Indonesia y Washington en EE.UU. el recorrido y velocidad de la onda expansiva a lo largo del planeta al momento de los hechos. En 1938 se realizan diversos revelamientos aerofotográficos de la región. La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias postergan en Rusia por más de una década nuevas investigaciones de campo. A partir de 1958 en la URSS se reactualiza el interés por el suceso a través de nuevas expediciones científicas.

Ni las expediciones previas a la Segunda Guerra Mundial, de Kulik ni las posteriores bajo la supervisión de Florensky, Plejanov, Zolotov o Vasilyev encontraron cráter alguno o fragmentos de tamaño apreciable del objeto cósmico de Tunguska.

La búsqueda de materia cósmica dispersa, incluso en forma de polvo, en los suelos del área afectada por la catástrofe, incluso ampliada a 10.000 km2, no consiguió descubrir material significativamente diferente del que habitualmente puede encontrarse en cualquier otra región como consecuencia de la continua caída de material extraterrestre.

Solamente han sido descubiertas algunas anomalías isotópicas, es decir de las concentraciones relativas de los diferentes isótopos de los elementos químicos presentes en el suelo, posiblemente relacionadas con el cuerpo cósmico de Tunguska.
 
Recién a partir de 1989 Rusia participa de las investigaciones a científicos occidentales multiplicándose entonces las expediciones de investigación para estudiar el lugar de los hechos y recoger nuevas evidencias.

Consecuencias geofísicas y ecológicas del impacto

Las consecuencias biológicas de la explosión han sido realmente interesantes, ya que, por ejemplo, se observó un crecimiento acelerado de la biomasa, que de hecho ha continuado hasta la actualidad. Se ha constatado, además, un aumento en la tasa de mutación biológica de muchas especies no sólo en el epicentro del fenómeno, sino a lo largo de la trayectoria del objeto cósmico de Tunguska. Incluso se han observado anomalías en las proporciones de los factores Rh en la población de las zonas afectadas por el suceso de Tunguska, aunque es muy dudoso que puedan ser atribuibles al citado objeto cósmico.

En la actualidad se estudian posibles variaciones genéticas en especies locales de hormigas y mosquitos, así como mutaciones en las semillas y hojas de al menos una de las especies de pinos de la zona, ya que se han constatado crecimientos acelerados no sólo en los árboles existentes en 1908, sino en los que germinaron después de dicha fecha. Estas interpretaciones, sin embargo, despiertan en nuestros días fuertes controversias.

Para algunos, estos fenómenos genéticos sólo podrían ser compatibles con una explosión de tipo nuclear, aunque nunca se ha podido demostrar evidencia alguna de un proceso de tal tipo examinando la abundancia de radioisótopos en los anillos de crecimiento de los árboles examinados, que, en todo caso, siguen una correlación con los ciclos solares de 11 años.

Por otra parte, algunos investigadores, como Vasilyev, creyeron encontrar una correlación entre el crecimiento anómalo y la posición de los árboles. Esto sustentaría la hipótesis de una fertilización debida a un "polvo meteórico" que favorecería el crecimiento en los lugares en los que cayera y no en los otros. Sin embargo dichas correlaciones no llegaron a demostrarse nunca, finalmente, con absoluta seguridad, a pesar de ser calificadas como "evidentes" por sus defensores, que incluso proponen que el área de crecimiento acelerado ni siquiera coincide con el área de "bosque telegráfico" o de caída de árboles.

En definitiva, las razones más convincentes para explicar el crecimiento de la biomasa forestal con posterioridad al fenómeno de Tunguska parecen basarse en una mejora de las condiciones ambientales consecuentes con la explosión: fertilización abundante por las cenizas de los árboles calcinados, descenso de la competencia por la luz y una mayor disponibilidad de nutrientes minerales, lo que parece confirmarse por una concentración incrementada de los mismos en los anillos posteriores a 1908, a pesar de no ser consistentes con la supuesta correlación de los árboles de mayor crecimiento con el recorrido del objeto.

En definitiva, condiciones semejantes a las que se dan tras un incendio forestal común. Esta mejora en las condiciones ambientales afectaría tanto a los árboles existentes en el momento de la explosión como a los jóvenes que germinaron tras la misma.

Por otra parte, los árboles que sobrevivieron al impacto son hoy una valiosa fuente de información, ya que muchas de las características anormales que muestran en la actualidad son sin duda causadas por él. Por ejemplo, se puede observar en los anillos de crecimiento anteriores a 1908 "hemorragias internas" de resina, como consecuencia de la rotura de los vasos por la presión experimentada. Se observa también, en los meses siguientes a la catástrofe, un crecimiento ralentizado, probablemente como consecuencia de la desaparición de las hojas tras de la explosión, lo que supone un menor aporte de energía y nutrientes además de un aumento de la temperatura, etc. Los árboles supervivientes muestran, en muchos casos, deformaciones en la sección de sus troncos, en la dirección de la onda de choque.

Las hipótesis

         Entre las posibles hipótesis podemos destacar las siguientes, y cada una de ellas sería extensa de desarrollar y comentar. Incluso algunas de ellas entran en el terreno de lo fantástico.

          Desde el impacto de un meteorito de gran tamaño (Kulik y Krinov), la colisión de un pequeño cometa con la Tierra (Whipple, Mijailov, Petrov y Staniukóvich), la entrada de un asteroide en la atmósfera terrestre, la explosión de un meteorito constituido por una porción de "masa crítica" de uranio, un fragmento de antimateria procedente del espacio exterior, Impacto de un diminuto agujero negro contra la Tierra (Ryan y Jackson), Y tampoco podemos dejar de comentar la hipótesis de que el causante de dicho evento fue Nikola Tesla. 

Así como otras algo más ¿fantásticas?, como la explosión de una nave cósmica de procedencia extraterrestre, propulsada mediante combustible nuclear (Kazantzev y Monotskov), un Rayo láser lanzado hacia la Tierra.

   No obstante, cualquiera que sea la idea aceptada, lo cierto es que un cuerpo procedente del espacio exterior penetró en la atmósfera de la Tierra sobre el territorio de Siberia central el día 30 de junio de 1908, y que, hasta el presente, no han sido encontradas huellas físicas de un impacto meteórico contra la superficie terrestre en aquella fecha y lugar. Por ello parece especialmente sugerente la hipótesis que atribuye la causa de los fenómenos ocurridos en la caiga del Tunguska a la colisión de un pequeño cometa con la Tierra, cuyo núcleo constituido por hielo y partículas más pesadas de "polvo cósmico", se volatilizó instantáneamente al atravesar las capas más densas de la atmósfera.
Los modelos matemáticos existentes referidos a la entrada en la atmósfera de diferentes tipos de meteoros han sido aplicados frecuentemente al estudio del fenómeno de Tunguska, con la intención de descubrir la naturaleza del objeto protagonista del suceso.

Este sistema ha permitido dar soporte en la literatura científica existente al respecto tanto a la teoría del asteroide rocoso como a la del origen cometario del objeto en cuestión, que son las que se consideran más probables en la actualidad. Los modelos más precisos empleados al respecto han tenido en cuenta una precisa tasa de fragmentación como consecuencia de la entrada en la atmósfera a diferentes ángulos y velocidades, pero no han permitido hasta la fecha inclinarse por ninguna de las dos posibilidades, sin poder tampoco descartar ninguna de ellas: ambos modelos son compatibles con la liberación de la energía necesaria, a unos ocho kilómetros de altura, para causar los efectos observados.

¿Ocurrió alguna vez algo parecido?

Aproximadamente hacia el 1500 A.C. la mayoría de la isla de Thera en el Egeo desapareció en una explosión. El mar arrasó 70 millas hacia el interior, por encima de los palacios y templos.

Ninguna catástrofe similar afectó la historia hasta que un terremoto causado por la erupción del Vesubio arrasó los pueblos de Pompeya y Herculano cerca de Nápoles. La misma cosa pasó 17 años después.

La explosión de Vesubio se empequeñeció por la destrucción de la isla volcánica de Krakatoa entre Java y Sumatra. En el principio de la tarde del 26 de agosto de 1883, el volcán empezó a explotar, y a las 10 de la mañana en la mañana siguiente la isla entera se agitó por una explosión cataclísmica. La ceniza fue lanzada unas 50 millas al cielo. El sonido se oyó en Australia. El mar mató a 36,000 personas. El polvo saturó el aire superior y ocasionó la bajada de la temperatura mundial 0.5 ëF durante años.

Ninguna de estas explosiones podría superar la pura fuerza de la explosión de Tunguska en 1908. Incluso la explosión de Hiroshima y las pruebas nucleares de los años 50 se quedan pequeñas.

 

¿OTROS TUNGUSKAS?


    Hay otros muchos ejemplos de eventos similares a lo de Tunguska pero a pequeña escala. Podemos citar algunos como:
  • Hacia 500 A.C. Un " relámpago " destruyó el pueblo de Volsinii.
  • 956 D.C. El autor árabe Suiuti Dzshalal describió un fuerte terremoto que devastó un pueblo de Khamadan (ahora en el oeste de Irán).
  • 1110 o 1111 D.C., Lago Van, Turquía.
  • Hacia el siglo 12, la isla Sur de Nueva Zelanda.

OTROS CASOS SIMILARES


El 12 de abril de 1991 una explosión extraña tuvo lugar cerca del pueblo ruso de Sasovo (350 km al sur-este de Moscú. Aquí si se encontró después de la explosión un cráter de aproximadamente 30 m de diámetro y tres de profundidad.

El evento de PETROZAVODSK, el 29 de marzo de 1990, investigado por el geólogo Sal'nikov V.

EL 23 de Enero de 1974 en el Norte de Gales.

El 2 de Abril de 1978 en la Isla de Campanilla, Canadá.

El 29 de Enero de 1986 en el pueblo de DAL`NEGORSK, en Rusia.

El 28 de Mayode 1993 en Banjawarn ( Australia Occidental).
            El 14 de Enero de 1993 en Jerzmanowice, Polonia.

El 18 de Enero de 1994 en Cando (España)

El 22 De Noviembre de 1996 en Honduras

El 27 de JUNIO de 1997 en la Bahía de Hudson .


¿Un Asteroide?

También se han de destacar las investigaciones llevadas a cabo desde julio de 1991 por un grupo italiano liderado por M. Galli, con la colaboración de S. Cecchini, G. Longo y Romano Serra, que realizaron una expedición a la zona, en la que se analizó la resina de los árboles caídos tras la explosión, ya que estos científicos italianos pretendían probar su sospecha de que la materia cósmica presente en los árboles como consecuencia de la potencia de la explosión podría ayudar a identificar al cuerpo cósmico de Tunguska.

Los hallazgos preliminares identificaron realmente esas sustancias, entre las que se halló calcio, hierro-níquel, silicatos, cobalto-wolframio, y plomo 11. Al coincidir dichos elementos con los presentes en ciertos asteroides, Galli resucitó las viejas teorías relacionadas con tales objetos.

También las investigaciones llevadas a cabo por Z. Sekanina, del Jet Propulsion Laboratory (EE.UU.), apuntan en la dirección del asteroide como protagonista principal del acontecimiento. En una revisión publicada en 1996, el autor propone que "una interpretación del suceso basada en la naturaleza asteroidal del objeto no es sólo plausible, sino virtualmente cierta". En favor de su teoría, hay evidencias basadas en su composición elemental, ya comentadas en el párrafo anterior, pero también en el cálculo de su masa, velocidad e incluso órbita heliocéntrica.

Los recientes datos obtenidos de la colisión del asteroide Shoemaker-Levy 9 con Júpiter parecen también ser compatibles con esta explicación, así como los experimentos llevados a cabo mediante la comparación de dos objetos experimentales, uno de ellos de tipo rocoso y el otro de tipo cometario, transportados por proyectiles y observados con las cámaras de la Red Europea de Monitorización de Meteoritos.

Pero, si fue un asteroide, ¿dónde están sus fragmentos y el cráter? Se ha propuesto que parte del asteroide podría haber sido pulverizado en la explosión mientras que el resto saldría rebotado por la atmósfera fuera de nuestro planeta. Ante una explosión de tal violencia, debe ser necesario, probablemente, que la búsqueda de restos resulte infructuosa.

¿Un Cometa?

Sin embargo, también hay científicos a favor de la teoría cometaria.

Según una hipótesis formulada en los años 30 por el astrónomo I. Astapovich y el meteorólogo F.J. Whipple, el fenómeno Tunguska se debió a la colisión de la Tierra con un pequeño cometa cuyo núcleo, dada la masa estimada, habría debido tener varios cientos de metros de diámetro. La cohesión del conglomerado que constituye el núcleo de un cometa es lo bastante débil como para permitir su desintegración rápida en el aire, provocando una explosión de gran magnitud antes de llegar a chocar con el suelo. Las destrucciones se deberían, fundamentalmente, a la onda de choque atmosférica y, secundariamente, a la onda térmica.
Uno de los principales investigadores en este campo es el geoquímico Yevgeniy Kolesnikov, de la Universidad de Moscú (Rusia). A lo largo de sus muchos años de investigaciones ha excavado grandes muestras de turba de los suelos cercanos al epicentro, analizándolos en busca de anomalías isotópicas. En su opinión, la composición de dichos suelos contiene elementos volátiles atribuibles a polvo cometario.

Tal como ya comentamos anteriormente, la problemática asociada a este método consiste en la dificultad de demostrar que la abundancia de dichos elementos difiere de la que cabría esperar de la caída normal de materia extraterrestre.

Otros expertos, como S. S. Grigorian, de la misma universidad, defienden la teoría cometaria basándose en modelos matemáticos. En 1978, L. Kresak, propuso incluso que el cuerpo cósmico de Tunguska era en realidad un fragmento del cometa Encke, lo cual fue contestado cinco años después por Sekanina, quien criticó tal teoría.

En 1996, se propuso de nuevo que tal posibilidad no era inconcebible, lo cual no hace más que darnos una idea de lo complejo del proceso de extracción de conclusiones acerca del fenómeno de Tunguska.

Por último, diversos autores proponen un origen cometario al evento de Tunguska sobre la base de que las características de la devastación observada sólo son compatibles con una "detonación", pero no con la simple liberación de energía producida por el proceso de entrada en la atmósfera.

En efecto, la evaporación de todos los componentes del supuesto cometa, mezclados con el aire, pudo formar un compuesto similar a los utilizados en diferentes ocasiones en la fabricación de explosivos, pero con una masa de 35 millones de toneladas, para una masa total del objeto en torno a los 100 millones de toneladas, en un cilindro de unos dos kilómetros de diámetro y unos veinte de longitud.

Estos autores apuntan asimismo hacia la posibilidad de un impacto múltiple que explicaría tanto la larga duración del fenómeno observada por los testigos como los múltiples epicentros secundarios encontrados.

Según el científico Yuri Lavbin la explosión que causó aquella devastación en Tunguska fue causada por un cometa de características químicas similares al Halley y no por un meteorito como otros aventuraban. Encontró cerca de Krasnoyarsk (Siberia), piedras cuyo análisis químico y espectral es idéntico al del cometa Halley que suministró la nave espacial Vega. Este descubrimiento se hizo a 600 kilómetros de Evenkia, lugar del impacto del objeto que golpeó el río. Esto confirma la teoría de que ese cuerpo espacial rebotó contra la superficie terrestre antes de caer definitivamente cerca del río Maly Zhemchug, dónde se han encontrado las muestras.

Aunque también algunas interrogantes a la hipótesis del cometa entre otras, como:

Nadie vio el cometa, y si lo hubo debió de ser muy pequeño. Cuando el Cometa Halley se acercó a la Tierra pudo ser visto durante algún tiempo. Pero en este caso se circunscribió a la Europa y la Siberia oriental.

Otras hipótesis

Otras teorías han tenido su cabida en la pequeña historia de la investigación del fenómeno de Tunguska; unas, de origen nuclear, basadas como vimos en la detección de mutaciones supuestamente anormales en diversas especies locales animales y vegetales, y en las anomalías geomagnéticas observadas, y otras que incluyen la colisión de una nave extraterrestre como una de las posibles causas.

El impacto de un pequeño agujero negro, que habría atravesado el planeta, sin dejar marcas en las antípodas (eso sí), o la colisión con una pequeña cantidad de antimateria que explicaría la inmensa energía liberada sin la aparición de cráter alguno, completan el abanico de hipótesis publicadas hasta hoy, sin recibir en la actualidad un respaldo mayoritario por la comunidad científica internacional, aunque contando siempre con seguidores cualificados.

Pero, a pesar de todo, nadie ha podido todavía responder con autoridad a la pregunta: ¿Qué fue aquello? Tal y como proponen algunos autores, al margen de las hipótesis más ortodoxas, probablemente el objeto de Tunguska no fue un objeto astronómico convencional; los meteoritos conocidos hasta ahora no causan tormentas geomagnéticas.

El problema de Tunguska no es un problema astronómico rutinario, dado su carácter inusual, que requiere la coordinación de diferentes disciplinas científicas. La información acumulada por tres generaciones de científicos a lo largo de casi un siglo es aún compleja e incluso contradictoria.


La Nueva Hipótesis De La Explosión de Tunguska

Por si ya fuesen pocas, una nueva Hipótesis acaba de aparecer sobre el evento de Tunguska.

Según el geólogo Vladimir Epifanov, del Instituto de Investigación de Geología y Geofísica, al parecer no fue un meteorito, ni un cometa,…. Sino una explosión causada por gases acumulados a alta presión y el metano acumulado bajo una tapa espesa de basaltos, que un buen día se liberaron por una fisura. Y da la casualidad de que en la zona hay antiguos cráteres de volcanes que habían quedado tapados por capas basálticas, y posiblemente un terremoto moderado en dicha zona, pudiese ser el causante de todo el proceso.

Esto habría ocasionado una tremenda deflagración que sería la causa del desastre y explicaría la disposición de los árboles en la zona y el porque algunos de ellos en pleno epicentro no resultaron apenas afectados.


Medio siglo de relativo desinterés

La explosión de Tugunska ha permanecido inexplicada a lo largo del siglo pasado y sustraída en gran medida de la curiosidad publica debido a que al momento de los hechos la zona era casi inaccesible y escasamente poblada. Además tenemos que sumar las condiciones políticas de la zona, que incrementarían el aislacionismo, los recelos y la desconfianza hacia occidente.

Los avances en la investigación astronómica y finalmente el inicio de la era espacial a fines de los años 50 reactualizarán la importancia de esclarecer el enigma ya que una de sus hipótesis más inquietantes sobre su origen seguirá siendo la probable entrada a la atmósfera de un cometa proveniente del espacio exterior.


Posibles amenazas con desenlace incierto

La amenaza de que un suceso de características apocalípticas como éste se repita en otra parte de un mundo ahora extensamente poblado e interdependiente, así como también el fin del comunismo y la apertura de Rusia hacia occidente hacia fines de la década de los 80 han favorecido finalmente nuevas investigaciones y el intercambio de información sobre el suceso.

Durante la ultima década del siglo 20 una compleja red de monitoreo astronómico internacional vigila los posibles cursos de colisión con la superficie terrestre no solo de cientos de peligrosos deshechos espaciales en órbita terrestre fabricados por el hombre sino las órbitas de numerosos asteroides y cometas dentro del sistema solar cuyas trayectorias resultan peligrosamente cercanas a la tierra.

La hipótesis del impacto de un cuerpo proveniente del espacio exterior que supere los 50 kilómetros de diámetro el cual tendría características devastadoras para la civilización terrestre prevé su eventual destrucción con misiles en su trayectoria de aproximación como último recurso. Sin embargo la posibilidad de contar de una alerta temprana y la efectividad de las medidas para neutralizar este tipo de amenazas desde 1999 se han demostrado todavía inciertas. Probablemente si en vez de buscar enemigos en el Eje del Mal, se dedicasen a buscar métodos de detección precoz y de resolución de la probable irrupción de un cuerpo cósmico de estas características, quizá ahora, tendríamos una pequeña esperanza ante semejante suceso.

No dejemos que el polvo cósmico que sigue y seguirá cayendo sobre nosotros nos impida ver incluso las estrellas más cercanas y alejarnos de la realidad cerrándonos las puertas de las posibles y cercanas soluciones que hipotequen nuestro futuro y el de las próximas generaciones.

¿O será otra la posible causa de este evento………?

Octavio Dopico Pérez

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola
Pienso que ante el posible descubrimiento y avance de un asteroide en dirección a nuestro planeta, propongo enviar un equipo tripulado (como en Deep Impact) por el profesor Reinaldo Ríos, el cual se ofrecerá amablemente como capitán del Mesías.
Saludos

Unknown dijo...

Interesante propuesta Pedro. :-)))